lunes, 29 de diciembre de 2014

Sistema tributario inverso





Dr. Silvino Vergara Nava

“El poder que importa…
crece en volumen y ya es global;
sin embargo, la política sigue
siendo tan local como antes.”

Zygmunt Bauman

En la actualidad mundial contamos con muchos esquemas que se encuentran en proceso de modificación, es decir una serie de regulaciones que se conoce que no son las correctas y que, evidentemente resultan temporales, pues es necesaria su pronta modificación, dentro de lo cual podemos ubicar los sistemas tributarios de los Estados – Nación que, en sus regulaciones, lo que se grava no es la utilidad o la renta de las grandes corporaciones, esto es las empresas transnacionales, sino que descansa el sistema tributario en la recaudación que se dirige a aquellos que no se pueden sacudirse, a los que se encuentran estáticos, debido a la falta de capacidad de moverse de un Estado a otro, y ese es el caso de las empresas locales y, sobre todo, de las personas físicas, iniciando con los trabajadores, por ello es que se encuentran las mayores tasas impositivas en los ingresos de estos contribuyentes y en el consumo que estos realizan, -como es el caso del Impuesto  al Valor Agregado o bien, del Impuesto  Especial sobre Producción y Servicios en el consumo de alimentos “no básicos” y bebidas refrescantes- desde luego que, la gran movilidad de estas empresas mundiales permite que se ubiquen en donde mejor les convenga basados en tres razones jurídicas primordiales: a) Estados en donde haya mayor flexibilidad en materia laboral, b) Estados en donde haya menor resistencia en controles para el medio ambiente, finalmente, c) Estados en donde haya mayor disposición de los sistemas tributarios para estas grandes corporaciones, por ende, los Estados ante esta disyuntiva están en una competencia permanente de quien ofrece mayores facilidades sobre estos tres rubros, y resulta que respecto del último, contamos con un sistema tributario propiamente “inverso”, en donde se recauda a los que menos tienen, se grava el consumo, se aumentan los impuestos de esa naturaleza, y se aumentan los impuestos a los asalariados, por ello es que, surge la pregunta: ¿Quién gobierna actualmente en el mundo? desde luego que, los Estados ya no gobiernan, ante esta competencia que tienen con los otros Estados lo menos que preocupa es gobernar, previamente esta el subsistir como una institución, cita al respecto al sociólogo polaco Z. Bauman: “El poder más relevante de nuestro tiempo se haya fuera del alcance de las instituciones políticas existentes… los órganos políticos…, legados por los tiempos anteriores a la globalización, son ostensiblemente inadecuados para abordar las nuevas realidades de la interdependencia planetaria.” (BAUMAN, Zygmunt, “44 cartas desde el mundo líquido”, Pidos, España 2013)
Desde esta problemática, nos encontramos con el dilema de: ¿Como hacer reversible esta serie de medidas?, es decir, como se logra modificar un sistema tributario como en el caso mexicano que evidentemente no funciona, que no se puede cobrar más por el consumo, que esto ocasiona grandes problemas de pobreza, y en el caso de los altos impuestos a los asalariados, implica la disminución de la oferta de empleo, pero sobre todo el incremento desmedido del empleo subterráneo, es decir el informal, y con ello la pérdida de derechos sociales y en el mismo orden, de recaudación para la nación. Resulta necesario limitar al poder económico que esta implementando este sistema tributario inverso, pues el poder de los Estados nación esta formalmente limitado, -en algunos países más que en otros- por medio de sus propias constituciones, aquí en México por la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, por ello es que resulta muy delicado que se hagan interpretaciones muy amplias por los tribunales de la Constitución en beneficio de mayores poderes y atribuciones del Estado, lo cual evidencia autoritarismo. Sin embargo, el problema es limitar a ese poder transnacional, en palabras de Pilar Calveiro: “Se trata de una red financiera-militar-tecnológica- comunicacional en sus nudos centrales, con muchos focos o centros de poder diferenciados… pero siempre interconectados” (CALVEIRO, Pilar, “Violencias de Estado” Siglo XXI, Buenos Aires, 2012), para ello, se han dado los indicios de la solución por uno de los juristas mas importantes de la actualidad Luigi Ferrjoli, que denomina a ese poder económico mundial como “poderes salvajes” (FERRAJOLI, Luigi, “Principia Iuris” tomo II, Trotta, Madrid, 2011), pues no cuentan con una limitación en sus acciones, por lo cual es necesario de un denominado: “Constitucionalismo privado”, es decir, una serie de regulaciones y reglas que impidan el ejercicio de esas amplias atribuciones con que cuentan estos salvajes que han rebasado por mucho al poder de los Estados, y por ello es que hoy observamos que el primer pestañazo de la autoridad fiscal los hace mudarse a un Estado aun más necesitado de ellos, este es así, el sustento del “sistema tributario inverso”


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miércoles, 24 de diciembre de 2014

Estado Discrecional




Dr. Silvino Vergara Nava

“Esta mandando que los gitanos y chalanes lleven, a más de la
cédula personal, la patente de Hacienda que les
Autorice para ejercer la industria de tratantes de caballería.
… los que no vayan provistos de estos documentos… serán
Detenidos por la guardia civil y puestos a disposición de
La autoridad competente, como infractores de la ley.”

Artículo 6 del Reglamento de la Guardia Civil
(España de Francisco Franco)

El estado de derecho que se expande en todo el mundo como un signo de modernidad, es representado por el denominado “Imperio de la ley”, esto es que las autoridades no pueden hacer otra cosa, salvo lo que la propia ley expresamente señala, y de esta forma se encuentran limitadas sus atribuciones y por ello, limitados ante el abuso que pudieran cometer a los gobernados, sin embargo, el problema de ese Estado de derecho es que esta constituido por una serie de formalidades, procedimientos y estructuras, pero no regulan, ni limitan propiamente el contenido de las leyes, esto es, el problema que se ha presentado a lo largo de la historia es que, basta con que exista la estructura de un sistema jurídico sin importar el contenido de las normas jurídicas, y por ello es que se generan dos problemas trascendentales, a saber: a) Que las normas jurídicas en su redacción son tan ambiguas que queda en manos del interprete la forma de aplicar la misma y, b) Que dichas normas jurídicas establecen amplias facultades discrecionales  para las autoridades, (VERGARA, Nava Silvino, “La utilidad de la filosofía del derecho en el derecho tributario” Editorial Porrúa, México 2009) y por ello con sujeción a  la ley pueden hacer una serie de actos que llegan a la crueldad, la desigualdad y sobre todo el control arbitrario a los ciudadanos, así, tenemos como ejemplo lo que en pocas ocasiones se hace mención en la historia jurídica: El régimen de Francisco Franco en España, que se trató de un Estado de derecho, debido a que existían las normas jurídicas, pero estas llegan a regular y permitir absurdos que se vuelven injusticias extremas, por ello es que tenemos como ejemplo que en agosto de 1933, se promulgó en España la ley de vagos y maleantes, que establecía una persecución policial por la sencilla razón de tratarse de personas que no eran bien vistas en esa sociedad, y se presumía que se trataba de potenciales delincuentes, lo mismo sucedió con el propio reglamento de la ley de vagos y maleantes de 3 de mayo de 1935,  e incluso con la persecución que se presentó por medio de la Ley de 1 de marzo de 1940 contra la masonería y el comunismo, por ello es que después de muchas atrocidades que se cometieron hasta mediados del siglo XX, -en Europa: fascismo, franquismo, stalinismo, nazismo, en Sudáfrica: racismo, en América Latina: la guerra sucia- es que se mudo la concepción del simple Estado de Derecho a Estado constitucional democrático de derecho, en donde resulta necesario en voz de L. Ferrajoli: un principio de legalidad sustantivo (FERRAJOLI, Luigi, “Principia Iurs”, Trotta, Madrid, 2011) por ello es que, ahora el limite de las autoridades no es exclusivamente la ley, sino que en la creación de la ley hay una serie de contenidos que se deben de respetar, de tal suerte que las leyes no pasen del umbral de la seguridad jurídica  a la incertidumbre o de la justicia a lo que denomina G. Radbruch “la extrema injusticia”. (RADBRUCH, Gustav. “Filosofía del Derecho” Editorial Reus, Madrid. 2007)

Este cambio que se ha presentado en la conformación del Estado Constitucional Democrático de Derecho, no se ha solidificado en todas las naciones, es decir, aun se tienen una serie de regulaciones que permiten la amplia discrecionalidad de las autoridades con las que se cometen arbitrariedades a los gobernados, o bien, el poder de eximirlos de cualquier responsabilidad, bajo el simple sustento en la ley. Un ejemplo de esto lo encontramos en la reforma fiscal de 2014, disposiciones que discrecionalmente permiten prácticamente dejar en estado de inanición a los contribuyentes, como es la facultad con que cuentan la autoridades fiscales para que, sin previo juicio, sin la tutela de una garantía de audiencia previa, se pueda inhabilitar a los contribuyentes para poder realizar sus actividades, esto es en particular en el caso de la revocación de la certificación o sello digital (Artículo 17 –H del Código Fiscal de la Federación) que impide que los gobernados puedan continuar con la expedición de sus comprobantes fiscales y con ello se les imposibilita realizar su actividad económica, debido a una serie de causales que en muchos de los casos son meramente discrecionales, -dice la disposición: sin que ejerza facultades de comprobación la autoridad observe que se presenta alguna infracción fiscal - y que sobre todo no permiten al gobernado previo a esa afectación a sus derechos de libertad, de trabajo, de libertad de empresa, defenderse, pierden prácticamente esos derechos de supervivencia, pues quien esta impedido para trabajar se le deja en un estado precario. Es evidente que, este tipo de normas no pueden subsistir en un Estado del siglo XXI, en donde se le debe de dar mayor protección a los derechos de los gobernados, en lugar de las medidas como lo es la revocación del sello digital, so pretexto de tutelar la recaudación nacional, como si bastara con un simple contribuyente deudor omiso para que exista un problema de pagos por parte del Estado, pues es claro que, no puede subsistir más la autoridad arbitraria, es decir “El Estado discrecional”.
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LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS




Uriel Flores Aguayo


Se terminó el año 2015, ahora si hay que darlo por concluido, los días que le quedan sólo son un espacio especial para convivir y, en lo posible, descansar. Queda en el balance obligado, consciente o no, el aprovechamiento de estos meses, los aciertos y errores, los aprendizajes, el cumplimiento de metas, los pendientes de ahora y de siempre, la calidad y la cantidad de nuestro tiempo y el estado actual, con sus problemas y soluciones. Se quiera o no el repaso del año, a veces extendido en mayor tiempo, superficial o profundo, se hace naturalmente, al parar actividades o al mantenerse en el trabajo, como ocurre con mucha gente. El que descansa laboralmente encuentra otras ocupaciones, el que trabaja piensa en eso y en los otros, a quienes ve y compara. 

La fe es muy importante, nos lleva a la calma, es una luz en medio de la neblina vital; no hay personas sin fe en estos días, la lentitud del momento conduce a espacios de paz. No hay nada tendencioso ni mucho menos fanatismo cuando se habla ámbitos espirituales, donde se concentra mucha gente, donde se inspiran para seguir y se oxigenan de humanismo. Se puede creer o no en un ser superior, al final cada quién asumirá sus creencias y convicciones, pero lo que no se puede soslayar es el papel positivo que cada uno cumplimos, por otros pero sobre todo por nosotros mismos.

Nos encontramos rodeados de dolor y tristeza por la ola infinita de violencia, agudizada por la barbarie de Iguala con los muchachos de Ayotzinapa; cuesta hablar de festejos, más tenerlos, cuando se viven esos problemas. Afortunadamente hay una conciencia nacional despierta, sensible ante este caso sangriento; con todo y que se practiquen las celebraciones de rigor, los rituales y las comunes a las familias mexicanas, el corazón de mucha gente, suficiente como para hacer una tendencia nacional, estará con las familias de los desparecidos y seguirá exigiendo la aparición con vida de los 42 normalistas. 

Estas fechas también deben servirnos para pensar en un mejor país, posible en lo inmediato y en lo concreto; no puede funcionar nada con tanta pobreza y desigualdad, eso no es normal. Se requiere un piso social común para que la sociedad funcione; se requiere un mínimo compromiso de los gobernantes para que cumplan con sus obligaciones. Sin voluntad, ahogados en impunidad y privilegios, las elites nada bueno van aportar para salir del abismo en que nos encontramos. Hay que procurar mejores condiciones  de vida para las mayorías, se requiere salirse de los círculos viciosos de la violencia, romper con el miedo y propiciar la más amplia e informada participación de la ciudadanía en los asuntos colectivos. Posponer soluciones, o simularlas, desgasta y descompone el tejido social y hace inútil al aparato público. 

Que mejor momento, cálido y relajado, para ir imaginando un futuro mejor, de justicia e igualitario, donde la vida sea eso, vida, y se fomente una sociedad de derechos donde la gente viva con dignidad, sin abusos y sin manipulaciones. Puedes ser  un sueño, tampoco estaría mal, pero tiene más de realismo y de inmediata concreción si se visualiza e impulsa como programa, proyecto, estrategia y línea de vida. Su impulso implica participación, fomentada y respetada, transparencia, decoro, libertad absoluta, disminución drástica de privilegios y una corresponsabilidad a partir de derechos y obligaciones.

Decir  y hacer , encarar, comprometerse, con y sin coyuntura, como forma de vida, irá en la ruta correcta, significará avances igualitarios, será oxígeno social, habrá esperanzas y traerá una etapa mucho mejor para nuestras vidas. No hay discurso hueco en estas afirmaciones, es otra forma, en el fondo  es una clara toma de posición política, no hay de otra para ser pacíficos e impulsar cambios posibles y realistas. Digamos que es lo mínimo que se puede aceptar para tener una vida sana, normal y constructiva. 

Aprovecho este generoso espacio para desearles un año nuevo en todos los sentidos, en vida útil, sana y de calidad. Hagamos el bien simplemente para sentirnos bien. 

Recadito: Con éxito obvio cerró el Mopi sus actividades por sus 25 años. 


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lunes, 15 de diciembre de 2014

La Picota de la Pos modernidad



Dr. Silvino Vergara Nava

“Cuando condenan a alguno a que sea
azotado o herido públicamente …
o lo ponen por deshonra
de él en la picota, o lo desnudan
haciéndole estar al sol untado de miel
porque lo coman las moscas alguna hora del día.”

Las Siete Partidas de Alfonso X (1256- 1265)

La picota era una construcción de la edad media consistente en una columna de piedra regularmente ornamentada, sobre la cual se exponían aquellos que delinquían, o bien, colocando la cabeza o los cuerpos de los ajusticiados. Normalmente esta “columna” denominada picota se colocaba en las plazas públicas, en los lugares de reunión de la población, -El zócalo de la ciudad de México, como en la mayoría de las poblaciones de América latina, contaba con la suya- era un símbolo de la fuerza de la autoridad civil, que debido a la poca presencia de esa autoridad civil en todos sus territorios y sobre todo que, no tenía el brazo o músculo suficiente para poder castigar a todos los incumplidos o delincuentes, es que se implementaban penas infamantes, es decir, sanciones para que cualquiera pudiera observar lo que sucede si se incumple con los mandatos de autoridad, se ponía en juego la fama publica –Por ello ahora el articulo 22 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos  prohíbe las penas infamantes- Era esta picota un símbolo de poder, pero también una prueba que, sólo los mas débiles eran los que resultaban juzgados, tal y como sucede actualmente y es la muestra palpable de la sentencia del profesor E. R. Zaffaroni que, el sistema punitivo penal nunca ha funcionado, contiene los problemas, pero no los resuelve. (ZAFFARONI Eugenio Raúl “La Cuestión Criminal”, Planeta, Argentina, 2012)
Desde luego que, las picotas fueron abolidas, –hay que recordar que no había en estos tiempos cárcel como actualmente la conocemos, sino que los castigos eran: azotes, destierro temporal y pena de muerte- una vez iniciadas las independencias respectivas de la corona española, de las primeras medidas tomadas por los independentistas o la propia sociedad, las turbas y la muchedumbre fue derribar dichos símbolos de poder, por ello es que en la actualidad resulta muy difícil encontrar en exhibición alguna de éstas en las plazas públicas, en resumen, han desaparecido igual que esa autoridad civil de aquella época.
Así, de esas picotas de la época de la colonia no queda nada, –interesantes e invaluables sentencias de aquella época de la colonia que hacen referencia de la picota se guardan actualmente en el Archivo Histórico Judicial del Estado de Oaxaca, actualmente a cargo del propio Poder Judicial del Estado- y cabe preguntarse: ¿Hoy que figura puede hacer las veces de la picota?, es decir, ¿Qué representa el símbolo de poder de la época actual?, desde luego que, de una sociedad cerrada como era la sociedad de la edad media a una sociedad consumista como es la pos moderna han cambiado muchas cosas, tenemos que considerar que esta época ha dejado pasar los estados de bienestar, o también llamados estados sociales de derecho, que tutelaban la mayor protección de los derechos sociales a sus gobernados, este periodo fue fugaz, se entendió que el Estado es incapaz de solventar y soportar todos estos derechos sociales. por ello pasamos a lo que se ha denominado “sociedad del riesgo” - BECK, Ulrich, “La sociedad del riesgo” Paidos, Madrid, 2013- o bien, esta forma de implementar el orden mundial: “la cultura del control”, - GARLAND, David, “La Cultura del Control” Gedisa, Barcelona, 2005- que en América latina paso por el denominado derecho penal subterráneo todas aquellas fuerzas ocultas del Estado que combatían en las década de los sesenta a los ochenta a los que “pensaban diferente“ y, un símbolo de la picota de esos tiempos pudiera ser la instalación de las canchas de básquetbol en los municipios y poblaciones rurales, pues más que para practicar ese deporte servían de helipuerto para la llegada de los soldados que se llevaban a los miembros de los grupos guerrilleros, (GLOKNER, Fritz, “Memoria roja” Ediciones B, México, 2007) Esas “picotas” del terror todavía quedan vestigios en algunas poblaciones de los Estados de Puebla, Oaxaca y Morelos.
La búsqueda de la picota actual es complicada, esto es encontrar ese símbolo de la fuerza del poder actual, ya que el principal problema con que topamos es: ¿Quién ostenta el poder actualmente?, pues observamos que los estados-nación son en el presente muy débiles, la historia mas reciente de Europa nos enseña que la división entre tantos estados que se sufrió después de la caída de la URSS, representó que se instituyeran estos sin tener la fuerza suficiente para poder imponerse ante todos los que se les ponen en frente, principalmente contra el poder económico, pues hoy arriba de los estados nación –que en el caso pareciera que fueron multiplicados para disminuir la fuerza de un Estado poderoso, y crear así varios micro estados débiles, como sucedió en el siglo XIX en América Latina con México y la Gran Colombia- se encuentran estas grandes corporaciones económicas que no tienen nacionalidad alguna, y se acomodan en el lugar que mejor les convenga económicamente, por tanto, si buscamos la picota del poder del Estado, es decir el poder político desde luego que, es para los EUA la silla eléctrica, para el poder punitivo de los Estados en donde ya ha quedado abolida la pena de  muerte y resultan un poco más civilizados que los vecinos del norte, esta como símbolo “las penitenciarías”, pero el problema para determinar cual es esa picota del poder económico de nuestros tiempos, pudiera ser parte de los grandes problemas en que vivimos, que no encontramos muchas respuestas para ellos, pues el no encontrar el símbolo de ese poder económico es parte de la problemática de la ausencia de control y contra pesos sobre estos poderes económicos que no es un poder palpable, sino todo lo contrario: escurridizo, ágil, deslizadizo, entonces, ¿esa será su picota?


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martes, 2 de diciembre de 2014

De la caída del Petróleo a la Repatriación de capitales






Dr. Silvino Vergara Nava

“Ahora el Estado está vendiendo las
empresas públicas nacionales a cambio de nada,
o peor que nada, porque el que vende, paga.”

Eduardo Galeano.

Ante las noticias de la caída del precio del petróleo, concretamente del barril de petróleo, (159 litros en cada barril) principal ingreso del Estado mexicano, es evidente que afectara a la actividad económica y, sobre todo, al desarrollo del país, por ende, la disminución de proyectos de infraestructura, del gasto corriente del Estado, es decir, sueldos, salarios y gastos, se verán severamente afectados. Aunado a que, la reforma energética permitirá que “otros” los asignados –porque el articulo 27 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos no permite que se denomine: “concesión”- empresas que logren contar con las autorizaciones suficientes para llevar a cabo las perforaciones en el territorio nacional para la extracción del denominado: “oro negro“, serán los beneficiarios de la recaudación petrolera en su momento, por ende, el Estado mexicano está severamente afectado en su recaudación, por lo cual surge la pegunta: ¿Qué hacer ante la disminución de los precios petroleros en el mundo? Existen muchas soluciones, respuestas que no son el aumento de contribuciones, sobre todo de los impuestos al consumo, como es el Impuesto  al Valor Agregado o el Impuesto  Especial sobre Producción y Servicios, posiblemente no se tenga la voluntad política de hacer uso de esas “otras” medidas, considerando que el poder económico –el de las grandes corporaciones transnacionales- hoy esta sobre el poder político de los Estados, y presiona para que se implementen políticas publicas a su modo, y no al modo de los Estados – Nación.
Una solución que bien funcionaría por medio de un decreto del que tiene facultades plenas el Presidente de México, -articulo 39 del Código Fiscal de la Federación- es realizar un programa de repatriación de capitales, es decir, permitir que aquellos mexicanos que llevaron su dinero fuera de territorio nacional, y que ahora se encuentra en países de baja imposición fiscal, como son las pequeñas islas del caribe, -protectorados de Gran Bretaña, uno de los principales persecutores, paradójicamente, del lavado de dinero- hoy no lo pueden invertir en México para proyectos productivos, pues representa ese regreso a territorio nacional de esos capitales el gravamen del Impuesto Sobre la Renta, por tanto, dicho dinero –efectivo a saber: dólares o euros- se encuentra en los bancos de esos micro países generando intereses para “ellos” y no para “nosotros”, no se puede ocupar en inversiones mexicanas debido a esa consecuencia impositiva, por ende, si se permitiera por medio de un programa de repatriación de capitales que se realizara con el pago de una cuota fija atendiendo a los montos, permitiría que se estimulara el regreso de ese dinero que bien hace falta en territorio nacional, hoy más que nunca por la baja del precio del barril de petróleo, y de las remesas. Es evidente que, mucho de ese dinero proviene de la corrupción, sin embargo, esos montos que han de ser excesivos están beneficiando a otros, desde luego, ni a los mismos propietarios de ese dinero.
La gran limitante para éstas medidas es el poder económico, que no tiene interés en aplicar estas soluciones para los Estados, lo que requiere es que, el dinero este concentrado en pocos lugares y desde luego, en pocas manos, esa política global de la que habla Daniel Estulín que denomina: “Hacía una sociedad sin dinero en efectivo” hoy, es una realidad. Bien sentenciaba Salvador Allende -21 de diciembre de 1970- en su discurso de la reforma constitucional chilena para nacionalizar la industria minera: “Conquistar nuestra segunda independencia, la independencia económica de nuestra patria”. Pero, la duda es: ¿Estarán los gobiernos de América latina preparados para ello?


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