lunes, 27 de abril de 2015

¿Por qué subsiste el viejo Derecho Penal?






Dr. Silvino Vergara Nava

“Lo peor es mentir y estamos obligados a
mentir cada día porque quien dice la verdad
marcha preso … peor que mentir es enseñar
 a mentir y cada día yo les enseño a mentir
a mis hijos para que ellos sobrevivan.”

Carta anónima a
Eduardo Galeano

En las ultimas noticias: “El gobierno federal destina casi mil millones de pesos al año para alimentar a los 21,847 internos de los centros federales de readaptación (Cefereso) al día $33.26 pesos por cada desayuno, $54.68 por la comida y 33.30 por la cena…”. Las mismas últimas noticias: “los alimentos son preparados por una empresa privada, pues las autoridades federales han considerado que, por la peligrosidad de la mayoría de los reclusos, el servicio se convierte en un mecanismo de control que serviría a los internos para dominar a otros” –sic- (La Jornada 26 de abril de 2015) Esta información demuestra lo importante que es el derecho penal, por ello es que a veces no podíamos entender sentencias retomadas en estos tiempos provenientes del siglo XIX: “Explíqueme por favor, si se readaptan los delincuentes, Nosotros ¿De que vivimos?” (NEUMAN, Elías “Los que Viven del Delito y los Otros”, Temis, Bogotá, 2005), o bien: “Si los delincuentes no existieran habría que inventarlos…una fantasmagórica huelga general de delincuentes, veremos que se derrumbaría todo el sistema: se volverían  inútiles los seguros, los bancos, los policías, las aduanas, las oficinas de impuestos, etc. Sin duda sería una verdadera catástrofe.” (ZAFFARONI Eugenio Raúl “La Cuestión Criminal”, Planeta, Buenos Aires, 2012) esta última es tomada de una publicación de Carlos Marx de 1848.
Efectivamente, el sistema económico de los países y desde luego jurídico, no depende del derecho civil y sus contratos, o del derecho societario con sus corporaciones y sociedades mercantiles, menos aun del derecho familiar y las instituciones del matrimonio, adopción, o patria potestad, etc., desde luego que, resulta intrascendente el derecho laboral y sus contratos individuales de trabajo y colectivos, el sindicato y la huelga, menos aun del derecho constitucional y los actuales derechos humanos empezando por la complejidad de los derechos sociales, -a la salud, educación, vivienda digna, etc.-, ya ni mencionar el derecho administrativo, fiscal y aduanero.
Es evidente que, todo el sistema jurídico y las instituciones del Estado dependen del derecho penal, y para ello se cuenta con toda una serie de organizaciones necesarias para ejercerlo iniciando con los legisladores que crean los delitos, el ejecutivo que promulga y publica, los policías y los ministerios públicos que persiguen a todo aquel que comete los delitos, los juzgados y desde luego, los tribunales para la apelación respectiva, pues a nadie se le niega un vaso de agua o un auto de formal prisión. Además, se requiere de las instituciones afianzadoras y aseguradoras, las penitenciarias, los carceleros, administrativos, afanadores, cocineros, custodios, psicólogos, los defensores de oficio y los abogados postulantes, pero de estos últimos existe la experiencia que en estados como sucedió en Colombia que, cuando se implementó el sistema procesal de los juicios orales fueron desapareciendo paulatinamente, monopolizando el Estado todo el proceso, hasta la propia defensa de los acusados, lo cual muy posiblemente sucederá en México en unos años no muy lejanos. En resumen, es evidente que el derecho que no podrá desaparecer, a pesar de los seguidores de su abolicionismo, es el derecho penal, se seguirá hablando que el derecho penal es el contenedor del poder punitivo (ZAFFARONI, Eugenio Raúl, “En busca de las Penas Perdidas” Ediar. Buenos Aires. 2005), que se requiere de un derecho penal minimalista o bien, de un derecho penal garantista, (FERRAJOLI, Luigi, “Derechos y garantías” Editorial Trotta, Madrid, 2004) lo cual son simples bálsamos que permiten soportarlo, pero nunca desaparecerlo, desde la partida de la sociología se dicta: “Los poderes terrenales, que se alimentan de las inseguridades inherentes a la existencia humana, dedican sus esfuerzos a la creación de amenazas contra las cuales prometerán más tarde protección; y cuanto mayor es el éxito de su trabajo creativo, más grande e intensa es la demanda de protección.” (BAUMAN, Zygmunt, “Vidas desesperadas” Paidos, México, 2015) Por estas razones es que, hoy no se puede presumir que debido a los juicios orales se evitara el hacinamiento en los centros carcelarios en México, sin embargo, posiblemente lo que se logre es lo que ha sucedido con nuestro vecino del norte, donde existe un gran porcentaje de la población en libertad, pero sentenciado por delitos menores, (al respecto: GARLAND, David. “La Cultura Del Control” Editorial Gedisa, Madrid, 2005) encubiertamente como una forma de control sobre estos incómodos ciudadanos, que en un pestañeo se puedan volver enemigos políticos, el tiempo dará la respuesta, en tanto: ¿Por qué subiste el viejo Derecho Penal?