viernes, 29 de julio de 2016

EN OFERTA LA CLASE POLÍTICA VERACRUZANA

Foto: La Jornada

Uriel Flores Aguayo
@UrielFA


La tradición de la oficialista clase política veracruzana es de antidemocrática y simulación, siempre mayoriteando en la comodidad del control de los tres poderes, la prensa, los órganos autónomos, los ayuntamientos y hasta a la oposición; nunca supo de otras fuentes y otras prácticas, seguramente les era impensable dejar el poder, creyéndose eternos. Las recientes elecciones los pusieron en su lugar, llegando a tocar fondo prácticamente. Con la alternancia termina una larga época, más bien una etapa que parecía eterna, de formas, estilos, prácticas y métodos de hacer política, de entender y asumir los asuntos públicos, el servicio, las responsabilidades y todo lo que tuviera que ver con la vida pública de Veracruz. El golpe ha sido contundente, tan fuerte y noqueador que todavía no reaccionan, permitiendo con su silencio y omisión que los gobernantes salientes les hereden una deuda política impagable o muy difícil de pagar en los próximos ocho años al menos. Carreras de largo aliento y otras nuevas estarán en riesgo de perderse, de tener que buscar un reciclaje desesperado pero en condiciones adversas.
Cada sexenio terminaba con desgaste en los principales funcionarios, era muy acostumbrado que se les hicieran acusaciones de corrupción, digamos que había un natural ajuste de cuentas, deslindes del equipo entrante donde, muchas veces, se quedaban casi los mismos. Tal vez la ruptura mayor vino con el encarcelamiento del exgobernador Dante Delgado y dos funcionarios de alto nivel, más por indicación y ajuste federal. Lo que ocurre ahora es muy distinto, son seis años de mal gobierno que se junta con otros seis para sumar doce de desatinos, errores, abusos, soberbia, centralismo feroz, escándalos, falta de oficio y desgobierno o casi gobierno fallido.
Al perder las elecciones mostraron su nivel real, muy antidemocrático, mediocre y de niveles "chicharroneros"; es impresionante la forma vengativa, sin decoro y destructora con que han reaccionado. Así eran entonces, mostraron su cara verdadera, ya dejaron de simular, nada que ver con sus discursos, son políticos de pacotilla, diputados y funcionarios de muy bajo nivel, indignos de ocupar cargos públicos.
Hay de todo en los actuales altos funcionarios, entre los secretarios de despacho, desde los operadores de siempre, pasando por los amigos del gobernador y los servidores públicos de carrera. Es difícil encontrar diferencias entre ellos en cuanto a capacidad y honestidad pero si debe hacerse un esfuerzo para no arrojarlos al mismo saco de la corrupción. De la condena popular tal vez ninguno se salve, la gente es dada a generalizar, sin embargo no seriamos justos si a todos los metiéramos en el mismo empaque. Desde luego que un deslinde a tiempo siempre será mejor cuando el consenso es tan severo y tan generalizado. Son muy pocos, a mi juicio, quienes merecerían una calificación más consecuente, no muchos, por ahí creo que la Secretaria de Educación no incurrió en actos delictivos, veo que la Contraloría esta  en manos profesionales, que el Secretario de Salud cuenta con el perfil adecuado y hay algunos más que son servidores públicos auténticos, mas allá de grupos y, tal vez, de siglas, aunque solo han navegado con un color y, en muchos casos, no tuvieron control de los recursos económicos.
Dentro de los de carrera hay quienes se mimetizaron con el ejecutivo, que compartieron y aumentaron actos represivos; no se entiende el papel del Secretario de Gobierno, manchando su   expediente y cancelando  para siempre su buena hoja de servicios. Dentro de los de carrera hay muy pocos que tuvieron a bien no mancharse las manos de sangre o de dinero. Un dato fundamental para ubicar a los altos funcionarios en este desenlace es el de su permanencia en Xalapa y en Veracruz, los que se quedan son mas discretos y cuidadosos; los que se van son los aventureros, los que vinieron en plan de conquista, a saquear a nuestro Estado. El desastre en que terminan estos doce años entierra carreras y futuros políticos, va a ser muy difícil que se levanten, en algunos casos ya es imposible, dependiendo casi totalmente de elecciones federales con buenas tendencias tricolores.
De la clase política oficial hasta ahora se verán espectáculos circenses, suicidios asistidos y precarias reconversiones; algunos brincaran de color, como ya ocurrió en las alternancias de Fox y Calderon, a nivel federal, otros desaparecerán y, los menos, intentaran una renovación para ser una oposición democrática. Tienen muy poco tiempo para intentar rescatar algo y no terminar de hundirse en las elecciones municipales que tendrán lugar en diez meses y medio. Para que sobrevivan primero tienen que asumir su situación, manifestar voluntad de cambio y emprender  una ruta renovadora; todo eso estaría por verse. Siempre tuvieron el sartén por el mango, mandaron y pusieron las condiciones del juego político; ahora no; no han vivido en democracia, no la conocen, les costará, por tanto, encontrar su lugar y ser competitivos. Tendrán que aprender rápido y bien.
En las cuentas de este sexenio se debería  ser muy responsables, cuidando las formas democráticas, haciendo los deslindes de rigor pero sin cometer injusticias; no partidizar las revisiones administrativas y penales; no hacer lo mismo que practicaban los que se van. El que la hizo, que la pague; será importante dejar una lección de pulcritud, de ejemplos a la hora de hacer justicia. Que nadie se escape pero que no haya víctimas artificiales.


Recadito: Solo con voluntad y compromiso real el PRD veracruzano tendrá futuro.
Leer más...

jueves, 21 de julio de 2016

LA ALTERNANCIA Y LAS CAÑERIAS


Foto: Proceso

Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

Fue absolutamente correcto pronunciarse por la alternancia y hacerlo con la fuerza política que realmente tenía posibilidades de lograrla, la alianza opositora; era y sigue siendo un asunto local, sin tener que pasar por estrategias y plataformas de carácter nacional. Hubiera sido imperdonable no intentarlo y solo apostarle a la providencia; la verdad, contra todos los pronósticos el sistema local estuvo a poco de lograr la hazaña de retener el poder. La alternancia trajo efectos inmediatos, vino a destapar las cloacas y evidencio a una clase política oficial de ínfimo perfil. Sin visión de Estado y con casi nula responsabilidad el grupo gobernante hace hasta lo imposible por afectar y entorpecer al próximo Gobierno. Iniciaron con un improcedente paquete anticorrupción que más bien era un blindaje para ellos, afortunadamente, por razones exclusivamente técnicas y legales, la PGR los detuvo en seco con una acción de inconstitucionalidad. Siguieron con reformas legales para hacer posible la llamada basificación de unos 7 mil trabajadores, medida sin control y mucho menos con algún sustento financiero. Ahora pretenden comprometer el impuesto a la nómina por cuatro años para pagar deudas del sexenio actual; tal vez esta medida es la más dañina para el futuro inmediato de Veracruz, comprometiendo a dos Gobernadores; por supuesto que es un planteamiento que no tienen ninguna justificación.

Una vez perdida la elección el grupo en el poder tenía la opción de asumirlo democráticamente y con normalidad, deteniendo toda acción legislativa y de gobierno que trascienda el término de sus obligaciones. Eso sería lo sensato y auténticamente responsable, pero no, han hecho todo lo contrario, en un afán revanchista absurdo, intentando minar las posibilidades del nuevo gobierno, sin importarles que los afectados sean los veracruzanos. Han adoptado una actitud de muy bajo nivel, comportándose como grupo de bandoleros, sin mínimos de dignidad republicana, ya no digamos de compromiso democrático. Lo pueden hacer porque cuentan con una cómoda mayoría de diputados sumisos y cómplices, un cuerpo legislativo que, en su mayoría, es de ínfimo perfil y privilegia los negocios y la corrupción. Juntos son un bloque reaccionario que solo ve por sí mismos, por su sobrevivencia, sin interesarse en las consecuencias que pagaremos todos los veracruzanos.

Tales acciones y medidas han suscitado el rechazo casi unánime de los veracruzanos, han alineado a los más diversos sectores en su contra; obviamente no les importa, no toman en cuenta la opinión ciudadana y de sectores. Optan por la soberbia y el autoritarismo, acudiendo a eufemismos con los que pretenden confundir a la sociedad. Ellos se desquitan de su derrota, se salvan en los intereses de grupo o personales pero dejan un ambiente enrarecido y adverso a su partido, el oficial hasta ahora, el PRI. Dado que no hay deslindes de esta aventura de parte de sectores del tricolor, digamos de una especie de corriente crítica, queda la percepción de que todos están de acuerdo, por lo tanto las facturas electorales serán dirigidas a todos ellos, sin excepciones, comprometiendo seriamente las posibilidades de su partido para las elecciones municipales inmediatas.

Creo que nadie pensaba en una transición color de rosa, pero tampoco se veía un comportamiento tan vil, primitivo y rencoroso del grupo que va de salida. Aun así, la decisión de echarlos fue correcta, era indispensable llegar a la alternancia para salir del abismo profundo en que nos metieron a los veracruzanos. Muchas de sus medidas ilegítimas se van a revertir sin mayor problema, eso es claro, lo que les importa es tan solo intentarlo, nuclear a sus cómplices y ver si pega. Ellos saben que están optando por la peor de las salidas, van por la puerta de atrás, sin aplausos, sin decoro, perdieron todo, la elección y la vergüenza. Lo hacen porque no tienen otra manera de entender a la política, porque están muy mal acostumbrados a imponerse, nunca promovieron la democracia, al contrario, anularon a la oposición y a los demás poderes, achicaron a la sociedad civil y se instalaron como una maquinaría perfecta para ganar elecciones y derrochar alegremente el dinero público.

Se van algunos, los principales, la mayoría se queda y se encontrarán una realidad de descrédito y rechazo, con casi nulas posibilidades de ganar elecciones en lo inmediato. Su irresponsabilidad golpea a todos los veracruzanos pero también arrastra a su partido. Pueden adoptar actitudes triunfalistas, de burla si quieren, pronto se verán en su verdadera realidad, en su tamaño real y en la estatura exacta de su nombre y peso político en Veracruz. En su levedad del mal, como simples y vulgares burócratas, son inconscientes del efecto de sus actos; ya los verán pronto, se observarán  en los negros registros históricos, ocuparan  niveles  indelebles  de desprestigio. Nunca se podrán  parar  en  Veracruz, sin que reciban el repudio de los ciudadanos. Se van, se llevan dinero pero  también se  van  con  la vergüenza  de  haber hecho  un gobierno  desastroso que  lastimó en  exceso  a Veracruz.

Recadito: Si el PRD veracruzano quiere resurgir debe empezar por respetarse así mismo, sin simuladores y paja corrupta.

Leer más...

viernes, 15 de julio de 2016

TIGRES DE PAPEL Y EL REY DESNUDO



Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

El colapso asoma en Veracruz, son fuertes las tensiones que amenazan verídicamente con derrumbar el sistema político que se sostiene con alfileres. A la crisis financiera en forma de deudas infinitas y múltiples y los rezagos en pagos a amplios sectores de trabajadores estatales, se suma la crisis política que puede volverse social provocando el desplome gubernamental. Son inocultables los conflictos, ya no basta negarlos en intentona simuladora, son reales y afectan áreas claves de la vida pública  del estado. El impacto de esos conflictos en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana van en aumento y han generado daños pero también  conciencia en la sociedad. Con mucha claridad hemos aprendido rápida y eficazmente a valorar el sufragio, a distinguir de partidos políticos, a apostarle cívicamente al de tendencia mayoritaria, a reconocer el papel de los diputados, a definir a los políticos, a distinguir al periodismo y a darle un mayor peso a la participación ciudadana. Todo eso acumulado a través  del tiempo pero acelerado por una coyuntura especial, de crisis y degradación pública.

Ante nuestros ojos pasan las imágenes de todo lo que no se debe hacer si lo que se quiere es una vida pública sana, armoniosa y democrática. Hemos recibido a un elevado costó social un cursó  intenso, durante doce años, de una práctica política simuladora y depredadora. En ese lapso se reforzó el centralismo, casi monárquico, se avasallo a la oposición, se sometió a la prensa, se anularon los otros poderes, se capturaron a los sufragios, se dispuso irracionalmente del presupuesto y se comprometió seriamente el futuro de Veracruz. Sin estado pleno de derecho hemos vivido  en la ley del más fuerte, sin reglas parejas, exponiéndonos a las arbitrariedades de un grupo de aventureros y de la delincuencia. Prácticamente se fusiono a la fuerza pública con la delincuencia en demérito de nuestra seguridad. La política, ciertas empresas y la delincuencia se combinaron  para establecer un régimen oscuro, violento y extractor de los recursos públicos. 

Debemos cuestionarnos autocráticamente como fue que llegamos a estos niveles de degradación de nuestra vida pública, como fue posible que se comprometiera el futuro de nuestros jóvenes, que decayeran de tal manera la salud, la educación y la seguridad en Veracruz; como fue posible que nos explotaran problemas de todo tipo y por todos lados. Lo que pasa es que se instaló un grupo político mitomano y ultra corrupto, que acomodó todo a sus  fines y  consiguió mantenerse por dos sexenios; ejercieron sin contrapesos, anularon a la oposición y estuvieron a punto de repetir en esta reciente elección. Es un grupo más, mediocre y pequeño pero con el control que le permitió mantenerse sin mayores sobresaltos, hasta ahora que tuvieron que rendirse. No son fuertes por prestigio o por legitimidad, en realidad son unos tigres de papel y caminan sin cubierta, como el rey desnudo. En unos días solo serán un mal recuerdo, pasaran a la historia sin pena ni gloría, siendo referentes de todo lo que no se debe hacer. Evidentemente hay un abuso de poder, un reto a la ciudadanía, una dolosa conducta que pretende lastimar más a Veracruz, saciando su venganza personal contra el gobernador electo y la alianza que los derroto.

El experimento político que nos hizo conejillos de indias por doce años término en desastre, cómo un "Frankenstein” absolutamente enloquecido; puso en duda todo lo normal, lo sano y las bases de una convivencia social con futuro; cualquier proyectó democrático se enfrenta a las minas explosivas y obstáculos descomunales que fueron colocando durante ese tiempo y que refuerzan en la actualidad en una actitud francamente patológica. Los estudiosos del derecho, la ciencia política, la psicología y sobre los comportamientos sociales tienen mucha materia para ir a fondo de los actos del grupo de aventureros que nos mal gobernaron; es importante darle una explicación lógica a este tipo de confrontamiento nocivos que hacen tanto daño a tantos, para ubicar su origen y evolución de tal manera que los impidamos para siempre. 

No será tarea fácil, ni minimamente, levantarse, salir del hoyo, superar el estado de degradación de nuestra  vida pública, volver a niveles aceptables de seguridad, convivir sanamente, dignificar a las instituciones, darle fluidez a la vida democrática; no, nada fácil, pero alguien lo tiene que hacer, para mejorar, para respirar aire mas puro, para reencontrar un camino de desarrollo para Veracruz. Será un trabajo paciente, con los consensos indispensables y con liderazgo para salir adelanté, para volver a tener esperanza en un mejor mañana y  para sentir que vale la pena comprometerse en un cambio. Si hay que posponer lo secundario, así se deberá hacer, pero indispensablemente debe cubrirse lo básico, reconstruir a las instituciones, recobrar la confianza ciudadana, tener seguridad y mucha confianza a quienes con sus hechos y conducta intachable serán los garantes de conducir por buen rumbo a nuestro muy maltratado Estado.

Recadito: Urgen voces democráticas en Veracruz, comprometidas para hoy y aquí.

Leer más...

viernes, 8 de julio de 2016

LAS IZQUIERDAS VERACRUZANAS



Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

Dejando pendiente la actualización del concepto de izquierda, con su esencia pero dinámica, es de obviedad hablar en plural de ellas; nadie debe con seriedad postularse como el portador exclusivo de esas ideas y posiciones políticas. Actualmente se debate si el PRD todavía tiene un lugar en el sistema de partidos mexicanos y sí representa una postura de izquierda. Yo soy de la idea que si tiene su espacio y que legítimamente puede ostentarse como izquierda, sin olvidar sus rezagos organizativos y de línea política; al menos en Veracruz, recuperó parte de su esencia y, ya como parte de la alternancia, puede reconstruirse y relanzarse.

Hay movimientos y partidos, el segundo supone estructura, reglas, vida orgánica y conducción colectiva; el PRD debe reafirmarse como partido político. La lucha por el poder es un proceso necesariamente gradualista, de construcción a plazos, de avances regionales y gira sobre visiones duraderas; no se repetirá el asalto al "palacio de invierno", "al cuartel de Madera" o al "Moncada"; no hay una tierra prometida que oculte errores y justifique todos los sacrificios.

Una izquierda democrática tiene diversas voces, no explica todo con consignas y trasciende el blanco y el negro. No debe tener un pensamiento único, sin crítica y autocrítica, a riesgo de caer en simplismo y obviedad es elementales. Si va a elecciones, como partidos, debe ser profesional y claramente diferenciada de otras posiciones sobre la base de propuestas y programas. Victimizarnos teniendo jugosas prerrogativas tiene sus límites y fácilmente cae en la demagogia.

El compromiso democrático debe ser un rasgo indeleble de las izquierdas, sin ningún titubeo, con su apuesta consecuente con la legalidad y el rechazo a todo tipo de violencia; si no somos capaces de ganar en votos la voluntad popular no debemos acariciar intentonas de facto. La democracia finalmente no tiene adjetivos. El debate sobre su calidad y eficacia es de otro momento; debe preservarse lo básico. Las izquierdas partidistas no deben recrear el vetusto y nocivo clientelismo que nos hereda el PRI; el clientelismo aunque se vista de izquierda clientelismo se queda.

Las izquierdas deben distinguirse por su lucidez, por sus aportes culturales, por su sentido social, por su compromiso democrático y por la reivindicación de causas y derechos de mayorías y minorías; no se pueden dar el lujo de abrazar banderas conservadoras. Si tienen que correrse al centro político para romper controles autoritarios, como en Veracruz, adelante, son cuestiones tácticas para transitar a la democracia; bien lo vale la libertad y la justicia.

Las izquierdas son nobleza y sensibilidad por definición, se suman a causas justas y son portadoras de formas políticas sencillas; el político de izquierda no viste uniforme pero si se asemeja al ciudadano común. Hay rasgos que perduran en el tiempo, esencias, pero el compromiso con la democracia es más reciente y el más difícil de asumir plenamente. Hay quienes se benefician y forman parte del sistema pero juegan con un discurso contestatario para agradar al público, para atraer simpatizantes a partir de consignas y ocurrencias.

Los movimientos de izquierda tienen su espacio, se respeta; los partidos de izquierda están muy obligados a reflexionar sobre la coyuntura y su papel en ella, a abrir espacios de debate, a fijar posturas claras y sistemáticas sobre el contexto social y los gobiernos, a desarrollar niveles aceptables de institucionalización y conducirse con seriedad. Son colectivos por definición y los promotores democráticos de ciudadania. No sirve la simpleza, la ignorancia, la descalificación y la ocurrencia si aspiramos a una vida pública democrática. La izquierda puede ser muy útil si estudia, es incluyente, abraza causas y sostiene una línea clara respecto del poder.


Recadito: La dictadura veracruzana termina en barbarie.
Leer más...