sábado, 28 de enero de 2017

MEXICANOS AL GRITO DE GUERRA


Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

Malos tiempos vienen para los mexicanos de parte de Trump y su política de proteccionismo fascista, sobre todo para nuestros compatriotas que residen en territorio Estadounidense. Básicamente nos enfrentaremos a mayores restricciones en la frontera común y una política dura contra los mexicanos sin papeles que trabajan en ese país. Lo del muro es retórica, es el símbolo escogido para aglutinar a sus simpatizantes y sintetizar su pensamiento y oferta de campaña, ahora de gobierno. El ascenso de Trump a la presidencia dibuja un escenario de incertidumbre mundial, cambio de reglas e invitación a lo inédito. Trump desafía los avances que se venían logrando, lentamente, en el orden internacional en materias como derechos humanos, equidad, medio ambiente, paz y libre comercio, entre otros.

Más o menos va quedando claro lo que representa Trump, ahora sabemos que no está jugando, cree en lo que venía diciendo y lo va a poner en práctica. Es la visión de un personaje acostumbrado a mandar, autoritario, que se mueve en la élite económica, que no entiende de derechos humanos ni de la democracia; para el somos inferiores y el pretexto ideal para sumar entusiastamente a su bloque de apoyo. Va a emplear el poder para intentar ponernos de rodillas y fijarnos las condiciones de una relación favorable para su Gobierno.

El gran problema es lo que haremos nosotros, si tendremos el liderazgo necesario y la capacidad de unirnos para enfrentar al renovado imperio. A las agresiones contra los intereses nacionales de México, deberíamos responder adoptando una postura digna, no negociable, sin eufemismos. Urge la convocatoria presidencial y/o del Congreso de la Unión para un auténtico Pacto por México, que nos dé unidad básica, fortaleza y rumbo ante las hostilidades agraviantes de Trump. El sentido de patria y nación está vigente, hay que desempolvar los grandes ejemplos de nuestra historia. Escudriñar en nuestras fortalezas y reunirnos en torno a lo que nos une. 

El problema es real y está a la vista, no hay manera de obviarlo y, menos, de omitirlo; lo enfrentamos con fuerza e inteligencia o lo vamos a pagar muy caro. Aquí no debe haber medias tintas ni cálculos de poder local, no es asunto de partidos; los expulsados no son de un color político, las mercancías varadas no saben de siglas. Hagamos todo para que nuestros paisanos no sufran, para que no se desintegren familias, para que no sean vejados y para que no vengan a engrosar las filas del desempleo en su propio país.

De los preparativos del anunciado encuentro entre Peña Nieto y Trump, hay que extraer algunas lecciones: en primer lugar la contundente confirmación de la agenda anti mexicana del Presidente gringo, sin cuidar formas y con estilo artero, en seguida su empleo del Twitter como medio casi oficial de comunicación y los titubeos penosos de la diplomacia y presidencia mexicana. Cuando se discutía si era o no conveniente asistir a ese encuentro, Trump, prácticamente lo cancela. Estamos ante una conducta abusiva y grosera ante la qué hay que responder con dignidad y el despliegue de toda una política internacional que implique búsqueda de aliados y la generación de múltiples iniciativas tanto de defensa como de ataque.

Reivindiquemos el orgullo nacional, la identidad de lo mexicano, fortalezcamos al Estado, abramos paso a la democracia plena, tengamos diálogo y acuerdos básicos entre todos, apostemos a lo nuestro y, si hace falta, acudamos a la letra de nuestro himno nacional. Un México unido es mucha nación para quien sea. 


Recadito: El decoro no está en la ropa; lástima.
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jueves, 19 de enero de 2017

INSTITUCIONES DÉBILES Y PELIGROSAS



Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

Es de una gigantesca obviedad qué hay una crisis institucional en nuestro país, en el sentido más amplio; las elecciones no están garantizando representación legítima ni formación de gobiernos competentes; las cúpulas políticas y las instancias de desiciones andan por su lado, en el auto consumo, mientras la mayoría de la población enfrenta una problemática cada vez más compleja. Es urgente un auténtico diálogo nacional, nada parecido al llamado "Pacto por México", sin maquillaje y vulgar cálculo de poder, que acerque posturas e intereses para conjuntar esfuerzos y enfrentar con mayor capacidad el cada vez más acelerado proceso de demolición de las institucionales.

Es alarmante, sumamente peligroso, que los grupos del narcotráfico impongan su ley en amplias zonas del territorio nacional y que rijan actividades sociales y de la autoridad. A pesar del tiempo que lleva la utilización de las fuerzas armadas muy poco se ha avanzado en la preparación de las policías y en el comportamiento gubernamental en lo general. La ciudadanía sigue siendo amenazada por fuerzas oscuras y delincuenciales, sometida a régimen de miedo y terror. No se ve convicción ni claridad, más bien todo lo contrario, en los distintos niveles de gobierno para hacer frente a la ola creciente de violencia que amenaza nuestra convivencia básica y ejercicio de libertades. Hay excepciones, como en Veracruz, donde hay presencia cada vez más notable del Gobierno Estatal, asumiendo el papel de autoridad y garante de la ley que, por complicidad y corrupción, las administraciones recientes abandonaron para desgracia de la población que se vio azotada por violencia y temor.

Algo anda muy mal cuando hay tanto presupuesto público, tanto empleado gubernamental, tantos policías y soldados, tanto partido político, tanto diputado, tanto edil, etcétera, y no se refleja en niveles aceptables de seguridad ciudadana. Se puede concluir que no funciona bien el aparato público ni se aplican correctamente las leyes. Hay gobiernos  disfuncionales y sociedad huérfana, con imperio de grupos informales que aplican sus propias leyes. Se vuelve inútil o prescindible todo el entramado público cuando no importan las leyes formales ante la fuerza de la delincuencia, cuando no es relevante sufragar ni por quien hacerlo, cuando los funcionarios se sirven de los cargos y los diputados se representan así mismos, entre otros fenómenos de ruptura entre el poder y la sociedad. 

Urge visión de Estado, incluso apelarla para Peña Nieto, quien ocupará la presidencia todavía por casi dos años; hay que presionar para los acuerdos nacionales, de contenido trascendente, de cara al país, poniendo algo cada  quien, sin ventajas grupales. Es posible que no pase de ser una buena intención, que sea mal vista por los pragmáticos y por los sectarios, pero no hay tiempo para perderlo en especulaciones y evasivas, tampoco para apostar toda la energía a un solo acto como puede ser la elección presidencial del 2018. Es un paso sincero al realismo y al compromiso amplio y generoso para enfrentar una situación inédita, grave y peligrosa. Estamos ante la tormenta perfecta: instituciones débiles e ilegítimas, crisis económica, hartazgo social y un Trump pendenciero y fascista. Los efectos pueden ser devastadores para Mexico todo, en forma de convulsiones sociales. Deberíamos preocuparnos de eso y deponer las pequeñas mezquindades de poder.

No tiene sentido exponer nuestra tranquilidad por afanes mediocres de politiquillos huecos o voceros de ilusiones paradójicas, no es sano seguir con un juego democrático de fachada e inútil; los primeros en comprenderlo deberían ser los políticos, pero no lo van a hacer por si solos, lo asumirán hasta que sientan la presión social y la exigencia ciudadana concreta. La población también debe instalarse en un aprendizaje democrático con carácter urgente, alejarse de tentaciones violentas de vía rápida que empeoren todo bajo un falso espejismo. La justicia va con la verdad o no lo es, también es incluyente y de legalidad. No hay varita mágica o atajos revolucionarios, todo será producto de un proceso. 

En tanto hay elecciones federales vamos, en nuestro caso, por las votaciones municipales, donde tendrá que vivirse una recomposición de los Ayuntamientos, eligiendo cabildos representativos, honestos, capaces y plurales. En lo inmediato y pequeño, como son los Gobiernos municipales, deben ensayarse formas novedosas de gobierno, con auténticos servidores públicos, austeros y eficaces. Es una gran oportunidad para elegir ediles que valgan como personas en si antes que las siglas que los postulen, para tener cabildos vivos y que no signifiquen costos excesivos para los contribuyentes. 


Recadito: Solo los ciudadanos salvarán a los ciudadanos.
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viernes, 13 de enero de 2017

LA CRÍTICA FÁCIL Y LA PIEL DELGADA



Uriel Flores Aguayo
@UrielFA


Observo un fenómeno curioso en el comportamiento de algunos periodistas en relación al gobierno de la alternancia; a varios de plano no les parece nada, minimizando lo que haga el Gobernador Yunes; a otros les parece mejor señalar el más mínimo detalle que, a su juicio, sea erróneo. Tengo la impresión que, razones aparte, es muy apresurando y de dudosa objetividad hacer juicios terminantes sobre las muy iniciales labores del nuevo gobierno. Las opiniones críticas, por llamarlas de alguna manera, se expresan en columnas sobre todo; es probable que posteriormente se coloquen en notas y coberturas más generales. 

Sin poner en duda la autenticidad de las críticas, justas o no, tampoco debe perderse de vista el papel que juegan las fuerzas políticas opositoras y los grupos de interés. Las oposiciones, natural y legítimamente, ponen el acento en lo negativo, mientras que ciertos grupos de presión destacan y distorsionan el más ínfimo detalle de los errores. El grupo que gobernó Veracruz los últimos doce  años perdió políticamente pero acumuló un enorme capital económico con el que puede desplegar acciones que impactan distintos ámbitos; sin duda intentará manifestarse en los medios de comunicación. 

La prensa veracruzana padeció un gobierno autoritario y corruptor, concentrador de la información y omiso ante la violencia que ensangrentó zonas sensibles del periodismo. Hay que destacar la valentía de un puñado de periodistas que, a costa de su seguridad personal, hizo una labor socialmente útil y democrática. Fueron maltratados sistemáticamente por un gobierno que no creía en la libertad de expresión y que creía que los medios eran parte de sus matraquearos. Los críticos de ayer gozan de la credibilidad para criticar hoy, lo hacen sin cortapisas y juegan un rol fundamental en el proyecto de la transición democrática. 

Hay algunos aspectos preocupantes en la crítica periodística, respetándola y estimulándola por supuesto, que se refiere a cierto facilismo con que se comparan actos del actual gobierno con los de los dos sexenios anteriores, a exigencias desproporcionadas de resultados y, sobre todo, al olvido del contexto y del pasado inmediato. Es muy incompleta la crítica que no tome en cuenta la emergencia financiera, los efectos del gasolinazo, los boicots silenciosos en el aparato público y los equilibrios entre poderes, entre otros aspectos de una realidad caótica en Veracruz. 

Hay una tendencia, voluntaria o no, a hacer una prensa militante sin identificarse así; anteponiendo una actitud prefabricada a cualquier análisis abierto que supone reflexión, dialogo y amplia racionalidad. Es obvio que nadie está pidiendo aplaudidores y cómplices, de ninguna manera; este es un gobierno legítimo, austero y transparente. Lo mínimo que se debe esperar de periodistas independientes y profesionales es el rigor que les exige su trabajo y el respeto a los hechos. Absoluta libertad de expresión como pieza fundamental en el funcionamiento de una sociedad democrática. 

Hay aspectos a considerar en la coyuntura actual en el periodismo veracruzano: no hay enlaces de prensa en las dependencias gubernamentales, muy poco o nada se acude al boletín, no hay convenios empresariales y se opta por la utilización del internet en sus distintas modalidades para tener una comunicación directa con la población; es evidente que los medios tradicionales se están rezagando de la actualidad en los procesos comunicativos y entrando en una crisis que puede ser terminal. La exigencia es enorme y pareja tanto para los gobernantes como para los periodistas; nos modernizamos todos o nos quedamos en el círculo vicioso de los monólogos y la simulación. Estos son tiempos de innovación y calidad, quien tenga elementos que aportar destacará en los medios, mientras que los funcionarios estarán informando y cumpliendo con su deber. No son tiempos de esconder la cabeza y menos de pretender manipular la información.


Recadito: El pesimismo de la inteligencia contra el optimismo de la voluntad. 


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