viernes, 30 de diciembre de 2016

LAS REDES SOCIALES Y LA POSTVERDAD



Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

Hace algunos años sucedió la llamada "Primavera Árabe", a la caída de Gobiernos dictatoriales como efecto, entre otros, de masivas y permanentes movilizaciones ciudadanas. Mucho se habló del relevante papel de los medios de comunicación y de las redes sociales en las convocatorias y los procesos informativos de los manifestantes. Sin duda mucho tuvieron que ver las posibilidades de comunicarse al margen de los medios tradicionales que, como en todo el mundo, formaban parte del aparato de control de gobiernos autoritarios. Al paso de los años son variados, en algunos casos regresivos, los resultados de los cambios en esos países. La experiencia vivida en esos casos demostró que las redes trajeron oxígeno democratizador y juegan un papel significativo en los cambios pero no son, por obviedad, garantía de algo más. Son información y convocatoria si de cambios políticos se trata. 

En México, ha sido acelerado el acceso de la población a las redes, solo condicionado por la cobertura y costos del internet. Somos muchos millones de mexicanos los que navegamos e interactúamos en el internet, con efectos cada vez más influyentes en los comportamientos sociales. La crisis de los medios tradicionales de información es contundente y acelerada, dejándolos para consultas marginales y dependientes de intereses políticos. La falta de credibilidad y de imaginación están  siendo muy severas  con el duopolio  televisivo, en pérdida acelerada y abismal de público e ingresos. El acceso a internet y a las redes sociales está provocando cambios muy importantes en las posturas de la gente y en el comportamiento  de los funcionarios públicos. 

Vamos a un proceso formativo en el uso de las redes, son como en la vida misma donde se aprende, se cometen errores y hasta se abusa. De lo que ya no hay duda es del impacto central en el acceso a la información y en las convocatorias de la gente. Ahora es muy sencillo comunicarse en tiempo real, cuando ocurren los hechos, sin intermediarios; esa ya es una realidad con la que tenemos que convivir y aprender. Este proceso elude controles y muestra a la gente, incluidos los poderosos y los abusivos, en su realidad. Con un sencillo video se han podido denunciar actos de corrupción y atropellos; con una transmisión en Periscope se presentan posturas y actos pero también se convoca. Los niños y los jóvenes ya viven esta realidad comunicativa, la van a perfeccionar y a lanzar mucho más alto; no van a permitir menos de lo que ya usan.

Los líderes y gobernantes que no se actualicen quedaran marginados  de la modernidad, pasarán al anonimato y se verán muy disminuidos. Hablar en directo supone preparación, mostrarse tienen enormes virtudes y riesgos, puede presentar a alguien con conocimiento y a otros huecos. En general en Veracruz, los políticos van al día en estas materias, intentando no quedar atrás de los procesos actuales de comunicación. Desde su campaña el Gobernador Yunes ha utilizado los recursos tecnológicos y a las redes para enviar sus mensajes, eso lo pone a la vanguardia en la escena pública y le permite llegar directamente a la población. 

De los fenómenos que han resultado de las redes hay uno que merecerá un análisis detallado, la llamada postverdad: se trata del manejo imaginario, doloso o no, de ciertos hechos y personas sin que consten o, incluso, sin que existan. La inmediatez informativa permite que se den por ciertos los datos que circulan en las redes creando una auténtica realidad virtual, no por los instrumentos sino por sus efectos. En la maraña y complejidad de la información y datos puestos frente a nosotros hay el gigante reto de encontrar lo cierto y lo sustancial; esa es toda una tarea para la sociedad. 



Recadito: Con mi abrazo van mis deseos de que sus planes y metas se cumplan en el Año Nuevo 2017...
Leer más...

jueves, 22 de diciembre de 2016

NAVIDAD EN TIEMPOS DE CRISIS Y ALTERNANCIA



Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

Siendo sinceros tenemos que asumir con seriedad y realismo que nos encontramos en una severa  crisis económica con origen en el déficit financiero y las deudas heredadas por la "docena trágica", es decir, los dos sexenios de la autollamada fidelidad. Por difícil que esté la situación alguien tiene que enfrentarla y dirigir los esfuerzos para salir bien librados y lo más pronto posible. Sería más sencillo avanzar con rapidez si se contara con la solidaridad básica de las oposiciones políticas, los líderes de  opinión y los grupos organizados de la sociedad civil; hasta ahora se perciben actitudes sectarias, de exigencias desproporcionadas que, al parecer, le apuestan al fracaso del gobierno de la alternancia sin importarles la suerte de los veracruzanos. La agenda local, urgida de recursos y recuperación institucional,  no entra en los planes de algunos grupos políticos más interesados en sobrevivir o en trabajar para el futurismo nacional. 

El fenomenal esfuerzo que hace el nuevo gobierno para solventar los compromisos salariales de fin de año merece la atención y el respaldo de todos; es una auténtica emergencia financiera que hagan falta diez mil millones de pesos y que la administración saliente no haya previsto esos compromisos dejando prácticamente en ceros las arcas públicas. A esas urgentes necesidades hay que agregar el indispensable funcionamiento del aparato público, en especial las áreas de seguridad y salud, que no se pueden detener ni un minuto por su incidencia en la convivencia social y en la vida de la gente. 

Con toda la pesadumbre que provoca la difícil situación económica de la mayoría de los veracruzanos, especialmente en Xalapa, donde se depende en gran medida del empleo burocrático y el gasto público, vamos a proponernos pasar una Navidad grata, con los encuentros indispensables para reforzar lazos y tener momentos felices. Siempre he creído que es muy fácil convivir y estar bien en estas fechas si tenemos la actitud adecuada, positiva y cordial; no es el consumo y el brillo lo que definen el momento, más bien es la calidad humana de cada quien y la buena voluntad para disfrutar las fiestas, si las hay, o acaso un encuentro de amigos y un rato con la familia. 

Con muy poco en lo material pero mucho en la actitud podemos tener una Navidad satisfactoria y reconfortante, desde luego austera como marcan los tiempos, pensando en los días por venir, en lo que nos espera sin caer en el fatalismo; sin retórica hay que decir que somos mucho pueblo, de gran historia e identidad como para dejarnos vencer por la adversidad; que con nuestra alegría, cultura y unidad esencial superaremos este momento gris y solo voltearemos para comprobar que el terrible pasado se quedó atrás y no es más que un accidente, mortal, en nuestra historia. A un nuevo gobierno le viene bien la Navidad, la Navidad que es nacimiento, circunstancia común de ambos. 

La alternancia da resultados y tiene rumbo, asume sus obligaciones con absoluta responsabilidad y muy pronto dejará constancia de cambios sustanciales en materia de salud, educación y seguridad. Si desde arriba no se fomenta la corrupción en lo inmediato el problema se reduce a la mitad; si hay seguridad hay trabajo y reactivación económica; la atención en salud mejorará, con hospitales que cuenten con equipamiento y medicinas, para tener una población más sana y plena; en la política educativa se ejerce la rectoría gubernamental y se hará un saneamiento para que sea mucho mejor el servicio que presten las autoridades del ramo. 

Este nuevo gobierno tiene que ser amable y cálido con la ciudadanía, iniciando con sus trabajadores, estar muy atento a la práctica de sus funcionarios para evitar errores, continuismo y abusos. No hay más vacuna antiautoritaria que la comunicación directa y expedita con los ciudadanos, los contrapesos, la aceptación y fomento de la crítica y los controles constitucionales. En esa línea debe haber un compromiso escrupuloso de los nuevos servidores públicos, cuidando la esencia del cambio para que la alternancia sea exitosa y cumpla con las expectativas y esperanzas de la gente.


Recadito: Les deseo una feliz Navidad en compañía de sus seres queridos.
Leer más...

jueves, 15 de diciembre de 2016

LIBERTADES DE TODOS Y PISÓ COMÚN



Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

Decir que vivimos en democracia puede ser de obviedad y fácil o un engaño complejo; para ser serios hay que partir de la precariedad de nuestra democracia local a tono con la del país. El proceso de desarrollo democrático es de contrastes, zigzagueante, de avances y retrocesos; ahora lo sabemos; no hay la claridad y certidumbre sobre un avance seguro e inevitable, no, también hay parálisis y retrocesos en la vida y el sistema democrático. En Veracruz, en forma apabullante, estamos pasando por una muy delicada situación financiera con implicaciones sociales y políticas que pone en evidencia que faltaron controles y contrapesos para impedir el saqueo del erario y el deterioro de la vida pública. 

La democracia es viva, con resultados y bienestar social, o no pasa del papel y el formalismo; es evidente que poco hemos aprendido y aprovechado colectivamente de la democracia; poco sabemos de ella y más poco la practicamos. Cuesta mucho a algunos sectores y liderazgos asumir mínimos de cultura democrática; lo podemos ver en el ejercicio de libertades, cuando solo exigimos derechos sin estar dispuestos a cumplir obligaciones. Al respecto hay un debate por organizarse en los medios y otros ámbitos. 

En el marco de los escándalos del gobierno anterior, todavía pendiente del desenlace penal por fuga y resolutivos varios, se dieron largas y difíciles jornadas de protestas que implicaron bloqueos de oficinas y calles por trabajadores burlados en sus derechos básicos. Dichas movilizaciones se generalizaron hasta provocar el caos y descontento del resto de la población; no hay que omitir la solidaridad lograda por los trabajadores en porciones importantes de la sociedad al ver que sus demandas eran justas. De reiteradas las protestas, en algunos momentos excesivas, cayeron en afectaciones severas a la vida cotidiana de la gente.

Llegamos al punto en que las libertades se cruzan, siendo tan valida la de manifestación como la de tránsito, obligando a una reflexión y definiciones de los liderazgos y autoridades sobre su ejercicio. Queda claro que las libertades no son absolutas si se vive en sociedad, que cada uno cede algo de ellas para sumar en orden y seguridad sociales. Es impensable una sociedad sin reglas, democráticas en este caso, donde cada quien hiciera lo que quisiera, en la anarquía. Precisamente es el Gobierno el encargado de hacer cumplir esas reglas,  para eso se le elige y da un mandato.

En cualquier país, sin importar su orientación ideológica, por mínimos de orden, está prohibido bloquear vías estratégicas; se preserva con ello la movilidad de las poblaciones y se mantiene un ambiente de respeto a las mayorías y a la legalidad. Cuando se viola la ley, de poco en poco, se evoluciona a un deterioro moral y de tendencia criminal. Es una condición democrática el respeto a las normas legales, aplicable a todos. No debe haber excepciones en la aplicación legal, no hay banderas que justifiquen el que se pase por encima de los intereses de la colectividad. 

Observo con rubor preocupante un descenso en los debates sobre las manifestaciones que bloquean calles, no sobre las manifestaciones en general, lo cual sería muy sano, sino sobre las acciones de fuerza y presión que buscan obtener beneficios parciales. Hay que ser muy claros y escrupulosos al respecto: no es lo mismo una marcha en movimiento continuo y un mitin en plaza pública a un bloqueo deliberado que busca afectar a la gente, una especie de extorsión, para obtener beneficios. No debe haber concesiones a grupos de vivales, para los que la tranquilidad y derechos de los demás es secundario; su actuación no hace democracia y sí provoca daños. La fuerza pública, estrictamente respetuosa de los derechos humanos, debe actuar legítimamente cuando se ponga en riesgo a la gente y se afecte a la población; no se trata de reprimir, más bien su labor debe ser disuasiva. 


Recadito: Concierto navideño de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil SEV-DIF el 16 de Diciembre, a las 17:30, en la explanada de oficinas centrales.
Leer más...

viernes, 9 de diciembre de 2016

EN LA FORMA VA LA SUSTANCIA


Uriel Flores Aguayo
@UrielFA
Van unos pocos días del nuevo gobierno en Veracruz, el de la alternancia, y se notan algunos cambios sin entrar en aspectos mayores como, de buena fe, espera la mayoría de la sociedad y, con cierta celeridad, algunos grupos ultra críticos. El cambio es real y será profundo, en algunos casos en lo inmediato, mientras que, en otros, llevará más tiempo. Hay aspectos y asuntos complejos que llevarán un proceso, sobre todo lo que quede en esferas autónomas del ejecutivo. Sin embargo, en la competencia del Ejecutivo ya se notan algunos cambios, simbólicos si se quiere pero efectivos, en el sentido del deber y el rumbo que deben tomar los asuntos públicos en Veracruz.

El discurso de toma de posesión del gobernador Yunes fue tan claro como desacostumbrado, sin eufemismos y concesiones. Es la ruta a seguir en las políticas de toda la administración y en la caracterización del Gobierno que encabeza: austero, incluyente, honesto y cercano a la gente. La ausencia de los gobernadores emanados del PRI en el acto referido da cuenta de la verdadera actitud del gobierno federal respecto a Veracruz; finalmente, con Nuño u otro, sólo cumplieron el protocolo pero reiteran su distancia y desinterés con los graves problemas de Veracruz.

De lo que se ha podido registrar en las acciones del nuevo gobierno destacan algunas medidas demandadas por la ciudadanía y que dependían de la voluntad de las autoridades. Es así que desaparecen los estorbosos retenes policiales que tantos contratiempos le significaron a los viajeros; dejan de circular las grúas cuya labor estaba pensada para recaudar; se realizó la evaluación magisterial sin tener que disponer de quinientos policías que parecían ser parte de un campo de concentración donde se obligaría a los profesores a presentar exámenes; se puso en marcha un despliegue de diálogo para evitar los bloqueos a las calles; se retomó la rectoría plena de la Educación, etcétera.

Hay enormes expectativas en el nuevo gobierno, incluso un sentido de urgencia en la opinión pública para la aplicación rápida de la justicia; me parece que, incluso, hay negativos afanes de venganza. Los críticos de hoy, en su mayoría, fueron aplaudidores de Duarte, o, mínimo, omisos; nada o muy poco dijeron cuando asesinaban periodistas, cuando golpeaban a jubilados y maestros, cuando masacraban estudiantes, cuando ajustaban la Constitución a su antojo, cuando mandaban iniciativas regresivas y pretendían vender los bienes públicos. La crítica debe ser vista como una postura normal, aceptada y estimulada; como parte de la normalidad democrática, integrada a un círculo virtuoso donde se cuestiona, se corrige y se reciben críticas también.

En asuntos de gobierno no hay hilo negro por descubrir, tampoco se refunda en lo general; hay urgencia de cambios, implica funcionarios de cambio, como parte de un proyecto democratizador. Si es necesario que haya muchos cambios, pequeños y grandes, inmediatos y de mediano plazo, que se perciban y ejerzan; en la medida que la gente lo note aprenderá a valorarlo, a cuidarlo y a defenderlo de las reacciones sectarias e interesadas. A una nueva política, seria y con visión, corresponde una fuerte sociedad civil que exija y acompañe, dado el caso. Sí hay que acercarse a los actos del nuevo gobierno, hacerle sentir que es vigilado y que, en corto plazo, también tendrá que rendir cuentas.


Recadito: Con la poda de “aviadores” la SEV tendrá recursos para apoyar a las escuelas.
Leer más...

sábado, 3 de diciembre de 2016

GRANITO DE ARENA Y BUENA FE PARA VERACRUZ



Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

Logramos la alternancia para Veracruz, tan urgente e indispensable. Fue un proceso de oposición política y maduración ciudadana ante una auténtica degradación de la vida pública de este tan histórico y entrañable Estado. A pesar del desorden generalizado y envilecimiento institucional no era automático el cambio, hubo muchos obstáculos y resistencias poderosas cuasi crimínales para lograrlo. Dar el paso a lo que puede ser una transición democrática costó vidas y el arrojo de ciudadanos, líderes y partidos coaligados. Avanzar electoralmente fue mal visto por los puristas reales y fingidos que, en nombre de la abstracción, inconscientemente nos querían condenar al continuismo autoritario. 
El resultado electoral determinó todo lo que está pasando ahora y trajo efectos absolutamente inéditos: fuga del Gobernador, salida del Fiscal, difusión de datos reales de nuestra economía, protesta de Ediles, Legislatura revivida, etc.. Apenas perceptible en sus inicios, ahora hasta ruidosamente, se está viviendo un cambio político que se expresa en mayor participación ciudadana y en un  reacomodo partidista. La alternancia se instaló entre nosotros y vino para quedarse, logrando una revaloración del sufragio, ubicando al ciudadano en su fuerza y generando nuevas expresiones sociales. 
El desastre que nos hereda la administración Duartista es de efectos casi incalculables, no solo es asunto de números y pesos, hay otros indicadores a tomar en cuenta; hay datos  que marcan la decadencia institucional, la ausencia casi total del Estado de Derecho, las limitaciones al ejercicio de libertades, la precaria seguridad pública o ciudadana, el aumento de la pobreza, etc.. En ese ambiente de crisis, caos y decadencia se generan muchas irritaciones pero también enormes expectativas que exigen explicaciones para la mesura y coherencia para el convencimiento.
Nadie debe obviar el origen de nuestros males, si bien pesa determinantemente la figura del exgobernador tampoco es como para omitir el papel de su partido y sus legisladores; lo siguieron y avalaron en sus locuras, guardaron silencio ante los atropellos que le cometían a periodistas, jubilados, maestros, jóvenes, etc. Saber qué pasó y quien son los responsables  dará confianza a los esfuerzos del nuevo gobierno y permitirá que la ciudadanía valore los cambios en su justa dimensión. Ni permiso para el error ni prisas de ocurrencias. 
La gente demandará resultados pronto y será muy exigente con el nuevo Gobierno. El margen de error es mínimo, una falla vale por tres en una administración de dos años. La línea es muy clara: gobierno honesto, austero y cercano a la gente. Habrá que traducirlo en hechos y resultados. Desde el arranque plena seguridad en los trabajos y logros inmediatos, tiene que percibirse el cambio hasta en los detalles. En unos días, ya en ejercicio de Gobierno, no habrá justificación para no hacer todo bien, los recuerdos de los causantes del desastre se irán borrando y los nuevos serán los responsables ante la gente.
Como debe haber Gobierno y algunos tienen que dar la cara y ocuparse de los asuntos públicos, la coalición del rescate de Veracruz, nos convoca a integrarnos a tareas del Ejecutivo; hay que hacerlo con la convicción de que somos parte de un cambio, que estamos obligados a aportar un grano de arena y que impulsaremos la transición democrática. Veracruz tocó fondo, es tiempo de su despegue con apertura, liderazgo y visión. La voluntad cuenta y es poderosa pero necesita organización y presencia; con esas bases los ciudadanos pueden ser protagonistas.

Recadito: Cambio de cancha pero con el mismo espíritu solidario, de lucha y convicciones.
Leer más...