viernes, 24 de marzo de 2017

ILEGALIDADES PEQUEÑAS Y DELINCUENCIA ORGANIZADA


Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

La crisis de Estado que vivimos adopta formas alarmantes, presentes en todas partes y en todos los momentos. Hay una epidemia de violencia azotando a nuestro país, con la complicidad u omisiones casi semejantes de una clase política extraviada, frívola y voraz. Ante las escenas de barbarie y todo tipo de actos violentos hay algunas condenas, pocas sorpresas y mucho mutis. No se ha mostrado conciencia y voluntad para enfrentar a la criminalidad y la degradación social, dejando que avance la descomposición y el empoderamiento mafioso. No se omite que estamos ante un desafío mayor, de viabilidad de Estado y la paz pública, que los niveles municipales y estatales están rebasados, que podemos deslizarnos a una crisis mayor: de confrontación armada abierta y directa que obligue a restringir libertades e instale el autoritarismo. No hay justificación para seguir simulando que el sistema funciona, qué hay poderes y elecciones, que se gobierna y se dan garantías a los ciudadanos mientras la sociedad es aterrorizada por las bandas del narcotráfico. 

El urgente y obligado pacto democrático debe girar en torno al compromiso con la legalidad, inhibiendo pequeños actos que violen el marco legal, tanto de los poderosos como de la gente en general; ni delincuentes comunes u organizados pero tampoco de cuello blanco. La tolerancia a las ilegalidades debe ser de cero, del tamaño que sean. Nada de justificaciones de cualquier tipo para quienes violan las leyes y rompen los pactos de convivencia. Desde las fuerzas políticas y los liderazgos se debe ser muy claros y contundentes con la no protección a los transgresores de la ley, con la aplicación estricta de las normas y las garantías a los ciudadanos de bien. Ante las escenas de terror que nos atemorizan solo la participación informada, consciente y organizada de los ciudadanos podrá evitar el colapso y retomar una forma de vida sana y normal. 

En las elecciones municipales en curso pero más en la próxima presidencial radican muchas de nuestras esperanzas y desafíos, habrá oportunidad de conocer en los aspirantes sus ideas al respecto, sus propuestas y compromisos. Atienden esa problemática y  le buscan soluciones serias o perdemos el tiempo con ellos y nos condenamos a más violencia y descomposición social. Lo que ya no se podrá eludir es la necesidad de hacerle frente a una situación tan grave, que golpea a los ciudadanos y amenaza con generar una situación de crisis generalizada. Ni autoritarismo ni demagogia; las salidas deben ser de corte democrático pero de frente, sin utilización electoral de hechos tan delicados. Desde  ahora será importante que haya definiciones en temas tan relevantes como el papel de las fuerzas armadas, en la legalización de ciertas sustancias y en los programas de rehabilitación, sin omitir una política integral que, además de la fuerza indispensable, se considere la política social. 

En la seguridad ciudadana, La Paz pública y condiciones de armonía social debe haber consensos entre las fuerza políticas y los liderazgos nacionales; son exigencias mínimas de responsabilidad democrática, terrenos donde no cabe la división y donde se deben sumar fuerzas; si no se entiende, si se elude o, al contrario, se utiliza para golpear y ganar ventajas, se estará mostrado severa limitación para ser merecedores de la confianza de la gente y la oportunidad de gobernar. Es enorme el daño que nos han  hecho la politiquería y la frivolidad, mientras los grupos políticos juegan a lo que sea son los delincuentes quienes se ensañan con la gente. Los desaparecidos, las fosas, las extorsiones, las pilas de cadáveres y los asesinatos debieran ser motivo suficiente para adoptar posturas serías y comprometidas, para darle prioridad a su atención, para unir fuerzas y devolvernos la tranquilidad como fin estratégico de los que aspiran a ocupar cargos en la vida pública.



Recadito: Preguntemos quienes serán y como le harán para gobernar los municipios.
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jueves, 16 de marzo de 2017

AUNQUE LA DEMAGOGIA SE VISTA DE SEDA


Uriel Flores Aguayo
@UrielFA


Estamos hablando de conductas muy comunes en la política mexicana extensivas a la política veracruzana, donde no se dice lo que se piensa y tampoco se hace lo que se dice. Lo que abundan son los eufemismos, con sus marcadas excepciones, hasta la saciedad, creando un ambiente de simulación e inutilidad. Es difícil pensar en una separación entre la forma de ser en lo privado y su actividad política. Arrastramos una pesada herencia demagógica cuya solidez y repetición nos llevará un poco más de tiempo para debilitarla y, eventualmente, erradicarla. Es impresionante como pueden hablar hasta en sentidos y grandilocuentes discursos para decir mentiras y fantasías, para esparcir bolas de humo o palabrería hueca. La palabra es vital, con voz y gestos, para explicar lo qué pasa y convencer de las ideas que se porten, para convocar y suscitar respaldos, cuando son reales, realistas y honestas. 

Esta introducción permite ubicar con claridad los términos en que se desenvuelven los políticos en esta etapa de Veracruz, especialmente los auto llamados opositores. No entenderíamos mucho si nos basamos en sus dichos, para ubicarlos hay que acudir a sus prácticas y a sus expresiones durante varias etapas; de ahí se verá si son consecuentes y tienen posturas firmes y serias. Esta forma de ubicar a los políticos es prudente y realista, sin duda será de utilidad para entenderlos y así saber de sus intenciones, reales o simplemente figuradas. A fuerza de repetirse la mayoría de los políticos han desgastado y vaciado de contenido sus mensajes, diciendo ocurrencias y dando prioridad a frivolidades.

En Veracruz vivimos con una obvia incertidumbre ante la sistemática oposición del PRI y MORENA a la propuesta de reestructuración presentada por el Ejecutivo de nuestra Entidad; sin argumentos o demagógicamente la rechazan en el Congreso; aquí vale la pena detenerse un momento y enfocar la mirada en esa inflexible postura partidista: aducen varias cuestiones para votar en contra, como que no hay información suficiente, que existe opacidad y que algo de lo que resulte como remanente se utilice en la deuda con Ayuntamientos. Ese es el discurso con el que pretenden justificar su oposición sistemática. Es de obviedad que tienen derecho a votar libremente, que pueden seguir consignas partidistas y, que, finalmente, estamos ante un juego de poder; nada de desgarrarse las vestiduras o fundar hogueras de la pureza. 

El punto es que mienten, que votan en contra por muy determinados motivos, como no facilitar nada al Gobernador de la alternancia e intentar debilitarlo. Eluden hablar claro, no le dicen la verdad a la gente porque sufrirían rechazo. En forma pública MORENA anticipó su voto en contra, en una postura adelantada, es decir, omitiendo lecturas y méritos de la propuesta, simplemente ir en contra porque proviene de un gobierno que no les agrada. Pero no hablan claro, inventan pretextos y caen en la clásica demagogia que se desliza a la deshonestidad y renuncian a jugar su papel representativo de los veracruzanos para limitarse a acatar una agenda partidista. Estamos ante un ejemplo contundente de una conducta demagógica donde se procede por ciertas razones pero se invocan otras para justificar la negatividad. Ahí hay deshonestidad consciente, lo que vendría a cuestionar sus intenciones en todo. 

Los legisladores tienen derecho a votar, juegan un papel; nadie podría asustarse de eso; la cuestión es su papel de representantes populares y la obligación de rendir cuentas, teniendo que definirse entre su fidelidad partidista y el interés ciudadano. Diputado que no consulte a sus representados está desnaturalizando su función y pasando a jugar un papel secundario. No es fácil pero habría que apelar al voto de conciencia cuando se les imponen condiciones y exigencias que los alejan de los ciudadanos de sus distritos y de la entidad veracruzana.


Recadito: Reestructurar deudas económicas y de sueños por una vida mejor para Veracruz.
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viernes, 10 de marzo de 2017

OPINIÓN DEPRESIVA Y AMARILLISTA


Uriel Flores Aguayo
@UrielFA


Los analistas, opinadores y cronistas ocasionales siguen, en lo general, sin encontrar las coordenadas y nuevos referentes de la coyuntura política que trajo la alternancia; omiten los datos duros de la herencia tricolor y abstraen el desastre que nos trasladaron, no solo al nuevo gobierno sino a toda la sociedad veracruzana. Despojados de casi toda objetividad han decretado el fracaso del Gobierno de coalición desde los primeros treinta o cuarenta días de la administración y, día a día, exigen los resultados que no se vieron en, al menos, los últimos doce años de gobierno en Veracruz. Desde luego que están en su derecho de opinar como les venga en gana, en un acto más militante de causas partidistas que de interés periodístico. Tampoco se les pide una postura inversa, su opinión debe ser conocida para los fines informativos que persigan. 

Por ser una sociedad plural, todo un valor democrático a preservar y defender, se debe trabajar mucho y en forma responsable para informar y contribuir a la certidumbre social y el fortalecimiento de las instituciones ante la crisis de gobernabilidad. Finalmente los problemas que padecemos no afectan a los funcionarios exclusivamente, repercuten en la tranquilidad común. Las posturas de todo bien o todo mal, maximalistas, solo confunden y nublan el entendimiento, alejando a la larga a la gente de un ejercicio concreto de participación ciudadana. Plantear que nada se hace bien o quedarse en el apologismo es realmente intrascendente y de autoconsumo. Son más resentidas por el juego democrático las opiniones sistemáticamente negativas de las fuerzas políticas opositoras, quienes eluden las responsabilidades democráticas que adquieren al constituirse en partidos políticos. Es todo un decepcionante espectáculo del oportunismo cuando las oposiciones emiten casi exclusivamente consignas, ocurrencias y generalidades, como si hablaran con ciudadanía zombi y no formaran parte del marco institucional que regula a nuestra sociedad. 

La ola violenta que azota a Veracruz, espectacular y atemorizante, es el argumento preferido de quienes afirman que ya fracasó el Gobierno de la alternancia. Noticiosamente se suman hechos violentos ocurridos en puntos muy distantes de la geografía veracruzana para proyectar una imagen de caos e inutilidad gubernamental. La seguridad ciudadana mejorará sin duda, el porcentaje de efectividad de las autoridades inicia por una política de cero corrupción, si los jefes no meten la mano al cajón sus subalternos seguirán su ejemplo. No festinar la violencia ni por equivocación es un imperativo ético, colaborar con las autoridades rompe  el circuito vicioso de la desconfianza y la desinformación. Por elemental coherencia humana y credibilidad nadie, sin excepciones, debiera utilizar los hechos violentos para denostar al gobierno en turno.

La violencia de la delincuencia organizada no respeta límites territoriales de municipios y entidades ni tampoco periodos de Gobierno, por eso vemos que se ha intensificado la guerra del narcotráfico seguramente por el cambio de administración y más por los ritmos que traen las células delincuenciales en todo el país. Los cárteles del narcotráfico desafían al Estado mexicano y amenazan nuestra convivencia social; ante esa amenaza real debemos tener mucho cuidado y proceder con absoluta responsabilidad. No hay comparación entre las nuevas autoridades y los que se fueron; tan no la hay que el ex secretario de seguridad se encuentra recluido en el penal de Pacho, dejando claro  que trabajó para su beneficio personal y en complicidad con la delincuencia. Es condenable el uso partidista o de amarillismo de los hechos violentos que lastiman gravemente a la sociedad; viene resultando obsceno el festinar las matanzas solo para afirmar que se vive lo mismo que el pasado muy reciente.



Recadito: La partidocracia (toda) ha derivado en un sistema de franquicias…
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jueves, 2 de marzo de 2017

LOS PARTIDOS, XALAPA Y LA GENTE



Uriel Flores Aguayo
@UrielFA


Es ineludible comentar los primeros pasos electorales que se están dando de cara a la renovación de los Ayuntamientos en los 212 municipios veracruzanos, desde la óptica ciudadana, el análisis político y el interés partidista; debo incluir las candidaturas independientes aunque no son todavía muy visibles. Es evidente que en la generalidad de los partidos políticos se ha acentuado el control copular, dejando en pocas manos, a veces en una sola persona,  la toma de decisiones sobre las candidaturas. Desde luego qué hay diferencias y matices entre ellos, con posturas extremas que van desde la realización de encuestas hasta simples dedazo. De la mayoría no se esperaba algo distinto, desde hace mucho tiempo son estructuras membretarias dirigidas con métodos centralistas. Tal vez los únicos o más sorprendidos son los miembros de Morena, al ver que, sin tomarlos en cuenta, formalmente un grupo de notables desde la Ciudad de México, decidió sobre las candidaturas; su ruidoso descontento tiene que ver con las expectativas que les despertaron haciéndoles creer que su partido, por llamarlo de alguna manera, era democrático; su entrada a la política real, donde se juegan intereses concretos y sus fines justifican sus medios, es hasta cruel y los desestabiliza. Hay otro rasgo muy consolidado en los partidos políticos, se trata del intercambio de aspirantes entre ellos, es decir, los brincos de un partido a otro de los precandidatos; cada vez es más común esa práctica, se da en todas las organizaciones políticas y las hace meros registros legales con fines electorales. 

En Xalapa, se va aclarando el panorama sucesorio lentamente, algunos partidos ya decidieron sus candidaturas principales, otros no tardan mucho en hacerlo. Hay de todo desde ahora, aunque haya que esperar un par de semanas para tener el cuadro completo. Más o menos los que suenan tienen un regular perfil y orígenes diversos, ricos en experiencias. Por la elección que se trata es muy importante la persona que se postule, dado que los electores se fijan en su trayectoria y capacidad. Los partidos cuentan, desde luego, pero no son todo, sobre todo en una elección que no está condicionada por alguna otra como ocurre en las de Gobernador y Presidente. Ahora sí, ya no bastará una vaca para que cualquiera gane. Es elemental contar con agenda municipal y xalapeña, con diagnósticos concretos y soluciones concretas, viables y participativas. Ese es el reto para su búsqueda de sufragios, teniendo que definirse y comprometerse quienes aspiren a gobernarnos; no bastan, más bien son prescindibles, las generalidades, las ocurrencias o las consignas de alcance nacional. Es previsible que la disputa por la mayoría se de entre la alianza "contigo, el cambio sigue" ( PAN- PRD) y Morena, con resultados de pronóstico reservado, sin menospreciar los afanes legítimos de otros aspirantes que, por sí mismos, son personas valiosas pero que no contarán con las estructuras fuertes, los recursos y el impulso de los partidos que los respaldan. 

La crisis política nacional enmarca esta próxima elección municipal, esto es, la debilidad de las instituciones, la violencia, la partidocracia, el desencanto con la democracia, las alternancias emproblemadas, la devaluación del voto, etc.. Es notable que los partidos en general se olvidaron de la gente, de sus necesidades e intereses; retórica aparte, las menciones a las personas son de algún discurso o en la escenografía que sirve a la oratoria vetusta y vanidosa. Si no se toma en cuenta a la afiliados para decidir se está desnaturalizando a los partidos, dejando de jugar su papel en la organización y representación de las demandas sociales y mecanismo de acceso al poder para la colectividad; en ese sentido, se atrofian esos canales de expresión y resultan absolutamente inútiles. La credibilidad partidista rueda por los suelos y se coloca en la incongruencia al eludir a sus bases, si no los toma en cuenta tampoco puede asegurarle nada a la ciudadanía. Descartada cualquier virtud en los partidos, emparejados en métodos, queda el escrutinio ciudadano respecto del perfil de sus candidaturas, enfocando su trayectoria, sus cualidades y aportes a la comunidad. De por sí, este tipo de elecciones le dan una gran relevancia a las personas como candidatos; ahora será mayor el peso del perfil de los aspirantes a la hora de ganarse la voluntad popular. Si hay quien piensa que las próximas elecciones son un paseo color de rosa, avísenle que vive en el error y que su despertar puede ser muy duro.


Recadito: Bienvenida a la real política a los compañeros de Morena, solo su convicción les evitará un muy previsible y amargo desengaño.


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