jueves, 29 de junio de 2017

LOS RETOS DE LAS REDES SOCIALES




Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

El acceso al internet es masivo en México; cada vez se suman en millones quienes están conectados a las redes virtuales; en casas o en las oficinas, en los cafés y plazas comerciales, en los parques públicos, en escuelas y muchos más lugares, tanto con costo como gratuito. Se ha democratizado el internet de tal manera que es un fenómeno social y revolución informativa. Hasta en un teléfono celular se tiene en la mano la posibilidad de estar en contacto con el mundo, recibir datos e interactuar con la gente. La información es masiva y rápida, en muchos casos en tiempo real, con un impacto mayor que en los medios impresos y tradicionales que se vuelven lentos y prescindibles. La crisis de los periódicos tiene que ver fundamentalmente con la expansión del internet, presente en muchas plataformas. Al no poder competir con la inmediatez del internet, cierran diarios, despiden trabajadores en general y extinguen a los entrañables voceadores. Los periodistas mudan a lo digital y ponen a prueba su incidencia pública. 

Tenemos la posibilidad de saber mucho más, siendo cantidad lo que recibimos; nos informamos y aprendemos, exponemos ideas y ocurrencias, hacemos denuncias, le hablamos al familiar, al vecino y al amigo a la hora que lo deseamos. Transmitimos en vivo actos públicos y privados. Vamos tan rápido en las redes que, de pronto, el mundo virtual se sobrepone al real, haciendo difícil distinguirlos. Son mayores las virtudes de estar conectados aunque hay problemas, riesgos y retos. Estamos en un proceso cultural y tecnológico, aprendiendo a estar en las redes con eficacia y respeto. Es tan fácil decir lo que se quiera que es difícil resistir la tentación del fatalismo y el insulto, teniendo un déficit en el diálogo tolerante y positivo. 

Las redes reflejan lo que somos como sociedad y personas, muestran nuestra educación, la cultura tecnológica, la calidad humana, el nivel democrático y la diversidad de facetas que asumimos como ciudadanos. Hay quienes hablan de política, otros de religión, alguien más anuncia comercio, los más charlan con amigos y familia, hay de todo para todos. Vivimos esta época de la información, vamos muy acelerados por el estímulo científico y tecnológico pero más por las demandas de comunicación de los niños y jóvenes. A muchos nos vino encima la revolución del internet, teniendo que apurar el aprendizaje y la adaptación. De hecho, si estás fuera de las redes desciendes a una categoría social menor. Ese analfabetismo tecnológico conspira contra los derechos, las libertades y la democracia. Si no estás informado difícilmente tendrás opinión, sin está no hay criterio y tampoco una posición clara y firme sobre los asuntos públicos.

Hay varios problemas en las redes que se tendrán que atender y superar gradualmente, como la tendencia al insulto anónimo y las posturas de la llamada posverdad. Esto significa la tendencia al engaño y su reproducción sin control; en esa posición se anuncian muertes, hechos fantásticos y se afectan honras. El equilibrio vendrá con el tiempo y el empuje de las nuevas generaciones hacia la calidad informativa, la verdad y la utilidad positiva del manejo del internet. En tanto, es un mundo nuevo, de conquista, de ensayo y error, de excesos y de muchos riesgos que requieren nuestra atención. Esta modernidad concreta, que nos pone a todos en el mismo nivel, por tanto democrática, llegó para quedarse y es la ruta cierta del futuro inmediato. Más nos vale entender estos nuevos códigos de convivencia y redes sociales para estar dentro del mundo. Lo contrario es la marginación y el aislamiento. Estar conectados mejora nuestros rasgos humanos y nos plantea el reto de la creatividad y la honradez; decir algo positivo o no, dar rienda suelta a las bajas pasiones y perder el tiempo con amarguras es la tendencia de ciertas corrientes de usuarios. En la balanza sobrevivirá lo más útil y será mayor el efecto positivo.


Recadito: Un mal ejemplo del uso de las redes lo dan algunas escorias como "el trastupijes" y el "tolentino"....
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México: ¿Estado débil o fallido?



Dr. Silvino Vergara Nava

“ninguna clase de expertos podrá responder
jamás a esta pregunta: ¿cómo queremos vivir?”.

Ulrich Beck

En grandes zonas del territorio mexicano que han dejado a la población a su suerte se han conformado autoridades paralelas: la constitución de un Derecho Penal subterráneo, el incumplimiento generalizado de las leyes estatales y la deficiencia y la ausencia de programas de salud y de educación, todo lo cual ha permitido catalogar a México en los últimos tiempos como un Estado fallido, aunque las autoridades gubernamentales son las primeras en oponerse a tal calificativo, desde luego, por razones políticas, cuando en realidad la primera en oponerse a esa denominación debería ser toda la población, ya que en parte hemos permitido esta realidad.
En la teoría, se ha clasificado a los Estados, de acuerdo con su eficiencia, en fuertes, débiles y fallidos (Rotberg, Robert y otros, “Lo estados fallidos o fracasados”, Siglo del Hombre Editores de Justicia, Bogotá, 2007), aunque hay otras denominaciones; sin embargo, de los primeros es de los que se han delimitado las características. Los Estados fuertes son aquellos que cuentan con una clara división de poderes, cumplimiento generalizado de la ley, otorgamiento de derechos sociales como salud, educación, alimentación, medio ambiente sano, etc. Por su parte, los Estados débiles son los que ya no dejan ver esa división de poderes salvo de manera formal y donde el respeto a la ley se encuentra en rompimiento, sobre todo a partir de los organismo estatales, que “son los primeros en incumplir con la norma” (García Villegas, Mauricio, “Jueces sin Estado”, Siglo del Hombre Editores de Cultura, Colombia, 2008), pues los derechos sociales son deficientes, por ejemplo, las instituciones de salud, los hospitales, las escuelas, las clínicas y las universidades, en donde los servicios no son muy apropiados. Finalmente, los Estados fallidos son aquellos donde no existe la división de poderes, incluso formal; existe una dictadura permanente donde los ciudadanos no tienen acceso al poder, donde el incumplimiento de la ley cae en la corrupción generalizada y en todos los niveles. Un Estado fallido cambia el rumbo de sus fines, por lo que son nulos cualquier servicio de salud, educación, alimentación, etc.; adicionalmente, son pocos los que se encuentran en posibilidades de contar con grandes fortunas, que cotidianamente son invertidas en el extranjero.
Atendiendo a esas características de los Estados fuertes, débiles y fallidos, ¿dónde queda el Estado mexicano?, es decir, ¿cómo se puede catalogar?. Desde luego, no se puede sostener que México sea un Estado fuerte. La división de poderes no es lo que todo ciudadano desearía que existiera, menos aún se puede decir que los organismo del Estado cumplen con la ley, y tampoco la población; los servicios de educación, las clínicas y los hospitales no son los apropiados. Tampoco se puede caracterizar al Estado mexicano como un Estado fallido pues es claro que hay indicios suficientes como para sostener que existe una serie de servicios de seguridad social de gran calidad, como en el caso de algunas de las universidades públicas. Esto mismo puede suceder con los centros hospitalarios, las clínicas y las escuelas, el problema quizá se pueda centrar en la división de poderes y en el respeto a la ley, donde efectivamente hay una crisis aguda. En el primer caso, es evidente la superioridad de la administración pública sobre el Poder Legislativo y aún más sobre el Poder Judicial, lo que ha provocado que las políticas públicas sean implementadas por el propio Ejecutivo y que, una vez que se encuentran en disputa judicial, sean resueltas satisfactoriamente para la propia administración federal. Además, los últimos cambios para combatir la corrupción y otros males siempre se hacen dotando a la administración pública de mayores competencias y facultades que provocan darle mayor posición sobre los otros dos poderes, a grado tal que muchas de las funciones que le corresponden al Poder Legislativo o al Judicial se llevan a cabo dentro de la administración pública, lo cual provoca una concentración aguda del poder, que es una de las batallas que pretende ganar la división de poderes para evitar la arbitrariedad.
En cuanto al respeto a la ley, es necesario señalar que son las propias autoridades las que, en primer término, la incumplen; las razones son variadas, van desde la ignorancia de los servidores públicos en sus cargos hasta las políticas de tolerancia que se implementan atendiendo a la dureza de las leyes, por último, la gran corrupción. Por parte de la población se incumple con la ley por diversas razones, principalmente, porque siempre se ha visto a la norma jurídica como una imposición, ya que no es creada por órganos y procedimientos en donde exista participación de los gobernados; además, el cumplimiento de la ley por parte de la ciudadanía no lleva a ningún beneficio, por el contrario, es una restricción a sus libertades, sobre todo porque muchas veces es mas fácil incumplir con la norma que cumplirla. Lo cierto es que en tanto no se puedan establecer lineamientos que permitan reforzar la división de poderes y el principio de legalidad, es muy difícil que México pase a ser un Estado fuerte, al contrario, cada día se debilita más.


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viernes, 23 de junio de 2017

LA SENSATEZ INDISPENSABLE EN LA VIDA PÚBLICA


Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

La alternancia veracruzana como proceso auténtico ha traído una ya extendida etapa de incertidumbre, giros y ajustes en la conducta de los actores públicos, es decir, políticos, analistas, periodistas y demás. Mientras que el nuevo gobierno todavía no consolida formas propias, concentrado en resolver el desastre heredado, siguen pesando las inercias del pasado e influyendo las añejas costumbres y estilos en opiniones y comportamientos de una variedad de personas. Si solo nos basáramos en el llamado círculo rojo, concentrado en las redes sociales, podríamos suponer que vivimos en el caos y en una entidad desfalleciente. 

En esta coyuntura, hay que aprenderlo, se requiere un gran esfuerzo reflexivo con su agregado de buena fe para entender el papel que se debe asumir. Hay quienes creen que deben oponerse a todo, sin atenuantes ni concesiones; como también hay aquellos que defienden acríticamente las posturas oficiales. Nunca he sido partidario de las posiciones del todo mal o todo bien, más bien creo en los matices y lo relativo de opiniones y hechos. Para comprender nuestro momento y aportar algo positivo a la vida pública veracruzana, tendremos que hacer un esfuerzo de mesura y minimizar los intereses grupales para los plazos inmediatos. 

La alternancia llegó para quedarse, hoy se dio en un sentido, mañana puede ser en otro; dependerá de los resultados y coyunturas nacionales, así como procesos de posicionamiento municipal de los partidos. La oposición de hoy puede reinventarse si tiene la sensibilidad y el talento, mientras que la coalición gobernante podrá continuar en el gobierno si resuelve algunos de los problemas más sentidos en Veracruz. Hay otras fuerzas políticas que cumplen algún papel en nuestra vida pública, algunas con presencia fuerte; lo mas sano es la pluralidad política, los contrapesos y las ideas amplias. El Veracruz de hoy no cabe en una sigla ni se puede ajustar a la camisa de fuerza que representaría una visión exclusiva sobre nuestra realidad. 

No es fácil desde luego, arrastramos una cultura facciosa y de confrontación, pero más nos vale, por interés general, abordar con sensatez nuestras diferencias, las reales, para construir un piso común de convivencia y rumbo. No todo es lo electoral, ni siglas, lo que más cuenta es lo común: seguridad, reactivación económica, legalidad, estado de derecho y medio ambiente, entre otros aspectos claves de nuestra vida en sociedad. Hay que atender eso desde la política partidista, sin omitir la importancia de los líderes de opinión. Es asunto de todos acabar con la violencia y asegurarnos que las instituciones funcionen. No hay beneficio para nadie, es engañoso, el fracaso de los otros. Apostar a la derrota del contrario es una postura mezquina y mediocre.

La polarización y el maniqueísmo nubla el pensamiento, aísla la reflexión y omite lo importante; el alineamiento con posiciones extremas borra los matices y lleva por inercia hacia posturas de confrontación. Sin obviar lo complicado que puede resultar buscar alternativas, quitarse los guantes y abrir espacios de reflexión, no hay de otra: nos serenamos, sin renunciar a las posturas propias, y anteponemos a Veracruz sobre agendas particulares. La crítica, dudas e inconformidad ciudadanas son sanas, normales y apoyables; es obligación de las autoridades escucharlos y actuar en consecuencia. La opinión de los analistas debe ser más rigurosa y de aportación constructiva. 


Recadito: Indigno el trato xenófobo de sindicalistas y medios al caso del Director de Educación Indígena.

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La diferencia del gasto público en la cleptocracia y la democracia




El banquero sucede al general revolucionario; el industrial aspira a desplazar al técnico y al político. Estos grupos tienden a convertir al Gobierno, cada vez con mayor exclusividad, en la expresión política de sus intereses”.
Octavio Paz


En la Constitución mexicana se manifiesta con énfasis cuál es la razón de las contribuciones al establecer que son para sufragar el gasto público —artículo 31, fracción IV, de la Constitución—; sin embargo, la problemática al respecto es qué se entiende por gasto público, pues éste ha sido uno de los grandes debates en los tribunales. ¿Para qué están entonces las contribuciones? Se pueden decir muchas cosas y justificaciones, todas encausadas normalmente a elevar las tasas y las actividades gravadas por las contribuciones en general, mayor cobro de tasas impositivas, más pagos de derechos que se tienen que realizar por los gobernados, aumento de las obligaciones en las aportaciones de seguridad social, de esa forma todos estos rubros terminan en el mismo fin: sufragar el gasto público.

Desafortunadamente, esta concepción es una teoría añeja que justifica el cobro de las contribuciones. Así como en el Derecho Fiscal existen varias teorías que justifican el pago de las contribuciones —otras teorías que justifican el pago de las contribuciones son la que justifica atendiendo a que son necesarias para sufragar los derechos sociales, la que determina que es por simple hecho de ser nacional de un determinado Estado, la que determina que el pago de las contribuciones es una póliza de seguro, la que determina que es para contar con servicios públicos (De La Garza, Sergio Francisco, “Derecho financiero mexicano”, Porrúa, México, 2006)—, a México le correspondió determinar que las contribuciones son para sufragar el gasto público. El problema es entonces qué comprende el gasto público, ya que es un concepto bastante ambiguo del cual se ha sostenido que son los rubros que conforman el presupuesto de egresos, por lo que existiendo estos rubros que establecen las erogaciones del Estado para las diversas instituciones y dependencias con que cuenta es que se está justificando el cobro de las contribuciones.
 El problema con esa concepción es que resulta demasiado formalista, por eso se permite que cualquier cosa sea gasto público, lo que trae como consecuencia que el gasto no esté debidamente controlado, y entonces se observa que no puede ser reclamable o exigible en las instancias jurisdiccionales por cualquier poblador, es decir, no se puede acudir a un juicio de amparo sosteniendo que el pago que se hace de una determinada contribución no va destinado al gasto público; en primer término, porque el concepto es ambiguo y, en segundo, a quien le corresponde comprobar que no está destinado al gasto público es al gobernado que ha interpuesto el medio de defensa, lo cual resulta imposible que pueda acreditarlo. Bien se puede concluir que esa es una de las consecuencias por las cuales los gobernados se rehúsan al pago de las contribuciones.
Debido a la falta de definición y a la ausencia de exigibilidad en los medios de defensa que están al alcance de los gobernados, observamos que las últimas detenciones y persecuciones a los gobernados y a sus funcionarios están fuera del ámbito de la ciudadanía, que, como miembro de la nación, no puede exigir que el gasto público sea destinado a lo que en sentido común correspondería; por ello, se observan por parte de la gran masa de la población esas detenciones y persecuciones más como asuntos políticos que como jurídicos. 

De esa forma, es fácil que se pueda perder el control de dicho gasto público y que, de ser una serie de erogaciones necesarias para un Estado democrático donde con los canales de representación que tiene la población se determine a qué se le dará prioridad en cada ejercicio fiscal, se vuelva la oportunidad de muy pocos para obtener los recursos que nunca habían imaginado que se quedarían en sus manos. Por ello, sin la necesidad de justificar las erogaciones por los servidores públicos, más que un control simplemente formal, es suficiente para que se asuma que se ha dejado la democracia para pasar a la ‘cleptocracia’, es decir, al gobierno de los ladrones, donde cada proyecto, cada ley, cada reforma y cada política pública es una oportunidad de negocio para ese servidor público; que el Estado ya no está para proteger los derechos de su población, sino solamente privilegiar los de unos cuantos, en particular para las grandes industrias, las extranjeras, que una vez instaladas acaban a la brevedad con la competencia nacional, la cual desaparece o es adquirida por ellos. Verdaderamente, la mejor forma de acabar con ese saqueo, de inicio, es modificando la concepción de gasto público en la Constitución, pero esa reforma es la menos importante a cien años de vigencia de la Carta Magna.
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viernes, 16 de junio de 2017

PANORAMA PARTIDISTA PARA EL 2018 EN XALAPA


Uriel Flores Aguayo
@UrielFA


La fuerza y correlación partidista local se expresa en sus resultados electorales, en general, y el número de ediles que tengan en él Cabildo.  Por lo que resta de este año seguirán las posiciones establecidas en las últimas elecciones, produciéndose un cambio brusco y radical en el 2018. Actualmente gobierna el municipio el PRI y sus aliados, con presencia regular del PAN y Movimiento Ciudadano, siendo ese dato lo más significativo porque las demás fuerzas son marginales. Las dos diputaciones locales están ocupadas por representantes de MORENA, mientras que ambas diputaciones federales se reparten entre el PRI y MORENA. Esa es la realidad actual.

Para el próximo año estarán en juego las cuatro diputaciones locales y federales en las elecciones presidenciales y de Gobernador, en tanto que el Cabildo sufrirá un reacomodo drástico: MORENA tendrá ocho posiciones, el PAN tres y una cada quien entre el MC, PANAL, PRD y el PRI. MORENA consolida a Xalapa como un bastión, detentando las principales posiciones de representación y Gobierno; el PRI cae en un abismo, de gobernar actualmente a contar con un solo regidor; el PAN se mantiene estable, así como el PANAL; baja el MC de tres a un regidor mientras que el PRD prácticamente con las uñas araña su regiduria, conservando el negocio familiar de "panzazo". 

En el panorama partidista xalapeño es claro que habría una hegemonía de MORENA con la sólida oposición Panista y la presencia marginal del resto de los partidos. Por su seriedad algo se puede esperar de MC, no así del PRD que, para efectos reales, no existe. Es una gran limitación que no haya otra izquierda de peso, alternativa a MORENA que, seguramente, hasta  por inercia va a ocupar los espacios políticos. En ese escenario se necesitan espacios de pluralidad y crítica, como intento de contrapeso a las ideas dominantes cuya originalidad y trascendencia está en duda. No se debe omitir que MORENA no ha hecho posicionamientos claros sobre nuestra realidad y próximas  tareas de Gobierno, ni tampoco mérito mayor a estar en el momento determinado de una coyuntura de crisis de los partidos más antiguos y el ascenso de la inconformidad social. 

El voto de la inconformidad es fuerte en si mismo, busca canales de expresión y se refleja en el liderazgo fuerte y caudillista de AMLO; ese voto es abstracto y volátil, pasajero; ese voto no pide mucho, es de la esperanza por un cambio sin rostro claro, es más anti que pro, es de fe; hay antecedentes cercanos de ese  fenómeno con Cárdenas y el mismo Obrador. En esa línea todo se facilita, bastan algunas consignas y el arrojo de un hombre providencial, como no se construye organización, sustituida por activismo, ni se levantan programas formales y viables, esa fuerza tiene pies de papel. Hay beneficiarios de esas tendencias e impulsos que creen que todo se debe  a ellos y a su "carisma". Confunden el momento social con efectos ficticios y figuras de cartón.

Por la coyuntura electoral del 2018 paradójicamente se prevé un panorama complicado para MORENA en Xalapa, quien solo contará con tres o cuatro meses para mostrar algo diferente y novedoso en el Gobierno local. Es poco tiempo para ofrecer resultados significativos. Cuando todavía no terminen de instalarse y marcar alguna diferencia que no sea de color tendrán lugar las macro elecciones del primer domingo de junio. Si gana AMLO el futuro inmediato para el gobierno municipal de MORENA será luminoso, con unidad y tiempo suficiente para construir y ser referente democrático; en cambio, si pierde, vendrá la desbandada y la desorientación total sobre el rumbo a seguir. Es el costo de depender casi exclusivamente de una figura. 

La situación del PRD local es patética, con su sexto lugar en las recientes elecciones y la simulación grotesca que representa que una familia ocupe  sin pudor la única regiduría obtenida. No cuenta como partido, es un mero membrete que, si no se hace algo urgente y quirúrgico, será únicamente motivo de burla y pena ajena. Podría hacerse algo si se convoca con apertura y se aleja de la simulación de los vivales que se apoderaron de las siglas, impresentables en sociedad. Ante el avasallamiento coyuntural de MORENA, con el riesgo de su dispersión después de la elección presidencial, mucho ayudaría contar con una izquierda democrática que represente algo.


Recadito: Sin clientelismo, con austeridad, apertura y gente preparada se puede y debe hacer un gobierno distinto.
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viernes, 9 de junio de 2017

¿Quién inventó el robo de combustible?



Silvino Vergara Nava


La política que obedece a presiones políticas que
demandan la denominada “operación limpieza”,
mata delincuentes en las calles o ejerce el alevoso
delito de tortura cual si fuera una
herramienta de la tarea diaria”.
Elías Neuman

¿Por qué se comete un delito? Esta pregunta es con la que parte la legislación penal, es decir, para poder implementar qué conductas son delitos, cuáles son sus elementos, la sanción que le corresponde a cada delito, en qué casos existen excluyentes de responsabilidad por la comisión de un delito; son implementadas en la ley según sea respondida esta pregunta. Desde luego, la pregunta tiene varias formas de responder; a decir de los tratadistas del Derecho Penal (Zaffaroni, Eugenio Raúl, Apuntes sobre el pensamiento penal, Hammurabi, Buenos Aires, 2007), se parte de una primera postura de que quien comete el delito lo hace porque nació con esa tendencia, ya que por su propia conformación física su inclinación es la de realizar crímenes. En resumen, como decía el médico italiano Lombroso, se es delincuente por naturaleza. Una segunda postura sostiene que la comisión de los delitos se debe al ámbito social en que se desarrolla, esto es, el entono en donde conviven las personas influye en el hecho de cometer delitos, por eso muchas veces se pone en la palestra la pregunta sobre si los delincuentes nacen o se hacen.
Pero hay una tercera posición que sostiene que los delitos los inventa el sistema, es decir, el Estado crea los delitos para que con ello controle a la población, posición de origen marxista que sostiene que el Derecho es la herramienta para que el Estado pueda controlar a la ciudadanía y, principalmente, para que exista un serie de servicios que presta el Estado, los cuales considera que son necesarios e indispensables, por ejemplo, los servicios de seguridad, las policías, la vigilancia y, después, los Ministerios Públicos, los jueces, los magistrados, los tribunales, bajo esta tesis, resulta indispensable que siempre existan delitos y delincuentes para justificar el sistema; si no hay delincuentes, hay que inventarlos en la ley (Neuman, Elías, El estado penal y la prisión–muerte, Editorial Universidad, Buenos Aires, 2001).
Y sobre la pregunta inicial, ¿quién inventó el robo de combustible?, podría sostenerse que ninguna de estas respuestas es convincente; desde luego, no se puede seguir pregonando que los delincuentes nacen, porque va en contra de la dignidad de las personas. De ser así, se castiga a la persona por lo que es, por el color de piel, por la raza, por la religión, por la edad, por las tendencias políticas, por la nacionalidad, y esto ya ha provocado un sinnúmero de genocidios en el mundo; los promotores de esta posición, encabezados por el médico italiano Lombroso, nunca han podido justificar esa postura a pesar de que los científicos siguen insistiendo, sobre todo en los EU, en que es una forma de gobernar reprimiendo y excluyendo, característica del sistema estadounidense.
Por lo que hace la segunda postura, tampoco es convincente la respuesta porque entonces se entendería que toda la población de una determinada región comete delitos, y esto no es así a pesar de que existan colonias, barrios o poblaciones en el mundo que tengan fama de ser peligrosas porque se comenten delitos o se refugian delincuentes. Esto no representa que toda la población, por vivir en esos lugares, sea delincuente. Respecto a que los creó el Estado, éste ya ha resultado incapaz tanto para lo bueno como para lo malo. Lo que está sucediendo actualmente es que hay un poder estatal que ha sido superado, pues hay un poder superior sobre él, que es de los poderes económicos mundiales –empresas del sistema financiero, laboratorios, empresas farmacéuticas, de alimentos, energéticos y, sobre todo, de comunicaciones–, que son los verdaderos causantes del delito de robo de gasolina, pues son los que ocasionaron esta crisis. El aumento del precio de los combustibles no es algo fortuito, es un verdadero ejemplo de que las leyes de la oferta y la demanda no pueden quedar a la buena, a la deriva o a la suerte, como pregonan las tesis neoliberales. Existe la necesidad de que sobre la ley de la oferta y la demanda cuente con regulaciones estatales, es decir, deben controlarse por el Estado, pero hoy el poder económico no lo quiere entender así, y por eso se cometen estas atrocidades: robos, crímenes, combates sin final alguno. Lo que queda claro es que quien provocó el robo de gasolina es el poder económico, que ha presionado al Estado mexicano para que en cosa de unos meses en el año 2013 se aprobara la reforma constitucional denominada energética –Diario Oficial de la Federación, 21 de diciembre de 2013–; después, gracias a esta reforma impulsada por el poder económico mundial se implementó la liberación del precio del combustible en la ley de ingresos de 2017, a partir precisamente de este año. Por ello, resulta evidente que quien inventó el robo de gasolina fue el poder económico mundial, y es el responsable de esta serie de crímenes de los cuales su excluyente de responsabilidad es su propio poder.


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XALAPA Y LA NUEVA ALTERNANCIA



Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

En 1997 tuvo lugar la primera alternancia en el municipio de Xalapa, al menos en los últimos 50 años; el partido favorecido por el sufragio popular fue el PRD, que pasaba por un gran momento a nivel nacional que le permitió ganar en meses previos él gobierno del DF y 59 Ayuntamientos en Veracruz. El resultado local se explicó por la historia xalapeña, con fuerte participación opositora desde el año 88, acento progresista, capital social positivo y su reflejo en el PRD que, en ese momento, era una fuerza política ascendente y con aureola de esperanza popular. Esa primera alternancia fracasó al depositarse la confianza en políticos tradicionales y ajenos al pensamiento democrático, que privilegiaron intereses de un grupo político y proyecto personal. 

En esta segunda alternancia tiene MORENA mayoría del Cabildo, confirmando su buen momento y asumiendo la gran responsabilidad de intentar a fondo un gobierno nuevo. Contará con la fortaleza de estar encabezado por académicos que, se supone, tienen la preparación y sensibilidad para impulsar una administración abierta, austera, transparente y con sentido social y democrático. Como xalapeño y demócrata deseo que hagan un buen Gobierno. Tuvieron a su favor la inercia electoral de, al menos, dos años, la falta de adversarios de mayor peso y el derrumbe del PRI; es correcto que registren una correcta evaluación porque no siempre tendrán tantas líneas favorables. No han hecho mayores méritos para posicionarse como lo lograron hasta ahora. 

Si tienen la visión y el compromiso de hacer un gobierno eficaz, participativo y honesto estarán haciendo diferencia; en cambio, apostarle a un proyecto partidista, con aires de protagonismo personal, sería una pérdida de tiempo y fracaso anticipado. Confió en que el presidente electo resista el canto de las sirenas y se resista al estrellato, como ocurre con el diputado federal del distrito 10, prácticamente fallido y ajeno a sus tareas de representación. De por sí, no la tiene nada fácil en un municipio con tantos rezagos y con muy poco tiempo para iniciar con equipos y políticas públicas renovadoras. Hay que tomar en cuenta que inicia el primero de enero del próximo año, tendrá cuatro meses de visibilidad y alguna concreción,  para entrar en veda electoral y esperar la jornada electiva de Gobernador y Presidente; de muchas maneras los resultados de esa elección incidirán seriamente en el curso del Gobierno de Xalapa. 

Me interesa señalar algunas áreas donde se puede expresar un gobierno de ley y con participación ciudadana: Consultar los asuntos más delicados (gasoducto, por ejemplo), abrir con determinación el Cabildo, cuidar nuestras áreas verdes y devolverles su vocación, llevar las actividades culturales a todos los rincones del municipio, garantizar el uso plenamente peatonal de las banquetas, solicitar coordinación con el Gobierno Estatal en materia de vialidad y seguridad pública, proseguir con la rehabilitación del centro histórico, no caer en la tentación de programas clientelares, ser muy escrupulosos en la licitación de obras, tomar en cuenta las peticiones de obras más antiguas, mejorar sustancialmente los servicios públicos, no ceder a grupos de presión, etc. 

Xalapa necesita y merece un gobierno municipal que ponga en práctica formas renovadoras de hacer política, que marquen diferencia, que respete la pluralidad y aliente la más amplia e informada participación ciudadana. Con todo y su mayoría en el Cabildo MORENA requiere convocar a un acuerdo de gobernabilidad que le de base social e interlocución con los sectores sociales y políticos de Xalapa; los ediles que llegan por determinado partido pueden estar limitados por su escasa representatividad, incluyendo los de MORENA, quienes son depositarios de votos y mandato pero seguramente no son muy identificados por la población. De inicio deben llamar a los mejores para ocupar los puestos de Gobierno, en esa prueba se juegan mucha credibilidad; sería muy negativo que pongan cuotas y cuates. 


Recadito: Con buen ánimo hay que decirle a MORENA: Bienvenidos a la realidad. 


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viernes, 2 de junio de 2017

Senado censura un estudio del Instituto Belisario Domínguez sobre pobreza y corrupción en Edomex



El senador Carlos Puente acusó que el estudio con datos sobre corrupción y pobreza en el Edomex buscaba incidir en la elección; un día después el documento del Instituto Belisario Domínguez ya no podía consultarse en internet.

El Senado quitó de su página de internet estudios del Instituto Belisario Domínguez sobre la situación de Nayarit, Veracruz, Coahuila y el Estado de México de cara a las elecciones del próximo domingo, un día después de que el senador Carlos Puente, del PVEM, criticara que uno de los textos supuestamente buscaba incidir en los comicios, al señalar la pobreza y corrupción existentes en territorio mexiquense.
Miguel Barbosa, presidente del Instituto, dio instrucciones para que en la sección “Mirada Legislativa”, donde aparecía el texto sobre el Edomex, se colocara una leyenda indicando que ese contenido no representa una posición del Senado, ni del Instituto.
Pero más allá de esa petición, el documento ya ni siquiera puede consultarse en internet. 

“El ítem seleccionado ha sido retirado y no está disponible”, se lee al tratar de consultarlo.
Uno de los textos, “Elecciones en el Estado de México, 2017” fue elaborado por la investigadora adscrita al Área de Estudios sobre la Agenda Parlamentaria, Irma del Rosario Kánter Coronel. Es parte del número 126 de la serie “Mirada Legislativa”, bajo la responsabilidad de la Dirección General de Análisis Legislativo del Instituto.
En la página web del Senado sobre el Instituto, ya solo puede consultarse hasta el número 124 de “Mirada legislativa”.

Los datos que aparecen en el documento, sobre pobreza y corrupción en el Estado de México, son atribuidos a instituciones como el  Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el Consejo Nacional de Población, el Inegi.

Entre otros puntos, citando al Coneval, se señala que entre 2012 y 2014 el Estado de México fue la entidad que registró el mayor aumento en el número de personas en situación de pobreza.

También que la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) de 2015 ubica al Estado de México como la entidad con la incidencia más alta de actos de corrupción, en todo el país.

El martes pasado, después de que se mencionara el contenido del estudio en el sitio del periodista Joaquín López Dóriga, el senador Carlos Puente reclamó que se utilizaran recursos y capital humano del Senado para realizar “estudios que buscan incidir” en las elecciones, en referencia a los comicios en el Estado de México el próximo 4 de junio.

“Solicitaré a Mesa Directiva d @senadomexicano realice auditoría sobre uso y destino de los recursos ejercidos por el @IBDSenado”, publicó Puente, coordinador parlamentario del Partido Verde en la Cámara Alta.

“El estudio no es del @senadomexicano sino de un órgano encargado de realizar investigaciones derivadas de la agenda legislativa”, agregó.

El Instituto Belisario Domínguez es dependiente del Senado.

En un estatuto de la Cámara Alta se señala que el Instituto es un órgano especializado encargado de realizar investigaciones estratégicas sobre el desarrollo nacional, y que el desarrollo de sus funciones “se sujetará a los principios rectores de relevancia, objetividad, imparcialidad, oportunidad y eficiencia”.
Su objetivo es “contribuir a la deliberación y la toma de decisiones legislativas, así como de apoyar el ejercicio de sus facultades de supervisión y control, de definición del proyecto nacional y de promoción de la cultura cívica y ciudadana”.

Con información de animal político: http://www.animalpolitico.com/2017/05/senado-censura-estudio-edomex/

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EL PESIMISMO DE LA INTELIGENCIA Y EL OPTIMISMO DE LA VOLUNTAD



Uriel Flores Aguayo
@UrielFA


Vuelvo a esta expresión que utilicé  hace algún tiempo para dar, nuevamente, título a mi artículo semanal. Me sigue pareciendo una frase infinita, aplicable para siempre pero con mayor fuerza y acento en periodos como el que vivimos, caracterizado por la debilidad de El Estado, el ascenso de los grupos armados y de interés, la ineptitud y extravío de la clase política, la división nacional, la pobreza extrema en incremento, las amenazas Gringas y la precariedad democrática, entre otros factores que nos pintan un panorama sombrío para nuestro país. El optimismo debe surgir del realismo y la convicción de que no tenemos otro país a donde vivir, de que venimos de peores etapas de autoritarismo e inhibiciones de nuestra libertad, de que tenemos que heredarle un mejor país a las nuevas generaciones y de que tenemos la historia y la identidad de nuestro lado. 

El fatalismo es nocivo para la sociedad, entendible en los ciudadanos que se abstraen de un contexto mucho más amplio pero cuestionable en voz de liderazgos. No hay menos malo a la hora de elegir candidatos, hay opciones que pueden ser o no representativas de nuestros intereses y aspiraciones; quienes llaman desde ese supuesto están descalificando a la pluralidad realmente existente y se colocan artificialmente en una superioridad auto conferida. Quienes de vez en cuando, especialmente en coyunturas electivas sexenales, nos dicen que estamos ante la "última oportunidad" de un "cambio", en realidad están reflejando ignorancia, prejuicios y temores muy particulares. Después de una elección, vendrá otra; después de esa, vendrá otra, así sucesivamente mientras nuestro sistema político practique las elecciones como mecanismo de relevo de autoridades y legisladores. Los líderes, los partidos y los grupos de poder tienen una gran responsabilidad en que nuestro país tenga piso, rumbo y destino común. No hay cambio falso o verdadero, salvo que se acuñen como eslogan de campañas que, en un descuido, pueden volverse de obviedad demagógica. 

El próximo domingo tendremos elecciones municipales conforme al calendario cuatrianual, su relevancia tiene que ver con las figuras postuladas, entre las cuales surgirán las próximas autoridades que tienen a su cargo los servicios y obras municipales. Nos conviene a todos que queden los mejores. Seguramente habrá un reacomodo en el mapa partidista municipal, como efecto clave de la alternancia en el Gobierno Estatal, lo cual desfavorece al PRI, el avance natural de la coalición PAN-PRD, resultado de su labor propia, y el avance de Morena, receptor del descontento popular y las simpatías que le comparte el caudillismo de Andrés Manuel López Obrador. Ya veremos si se actualizan las hipótesis formuladas en el inicio de las campañas, particularmente en una distribución que establecía mayorías Edilicias de cien para PAN-PRD, sesenta para MORENA y cuarenta para el PRI, dejando doce para partidos chicos e independientes.

Entre los 212 municipios tengo un interés muy especial por Xalapa, mi lugar natal y donde he vivido mis 58 años; mi apego es xalapeñista, de esencia espiritual, con las vivencias de infancia y los recuerdos paternos, de barrio y amigos de siempre, de los amores fugaces, de los maestros vitales, de luchas sociales, de conciencia y compromiso político; es la casa particular, de uno, y la casa común, de todos. He visto pasar autoridades municipales de todo tipo en Xalapa, casi siempre del partido tricolor; algunas valiosas, otras para el olvido; el tamaño de nuestros déficit y problemas está relacionado con unos doce años casi perdidos en los últimos 18 años del Ayuntamiento. Tuvimos una alternancia en 1997, cuando el PRD era el partido del momento, lamentablemente se desperdició entregándola a políticos tradicionales por el interés de AMLO. Ahora vamos a una segunda alternancia que tiene la disyuntiva de la coalición y MORENA, ante el debilitamiento grave del PRI. 

Xalapa, necesita un gobierno abierto, plural, democrático y con orientación social y criterios de sustentabilidad, así como ideas de reactivación económica. No hay justificación si se pretendiera gobernar con camisa de fuerza partidista, sería una grave  limitante. Se perdería el tiempo si se pretende inventar el hilo negro, si se omite la personalidad xalapeña: socialmente positiva, hospitalaria y culta. No tenemos que atarnos a agendas partidistas nacionales, hay que darle prioridad a los asuntos locales. Se debe enfrentar el nocivo clientelismo tricolor que nos ha despojado de banquetas, parques, áreas verdes y de interés social; sería una farsa envolverlo con otro color. Deseo lo mejor para mi entrañable municipio, que queden al frente personas capaces y responsables. Siempre será poco lo que le demos. 



Recadito: Votar para ser ciudadanos plenos y exigir nuestros derechos…
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